💚🖤Un Luminoso Comienzo🖤💚

Ahora es tu turno de aprender

Los tres se dispusieron a ir hacia el pilar de luz. Afuera el sol estaba regalando sus últimos rayos, por lo que era perfecto para quien no esté acostumbrado a ellos y necesite de las penumbras.

-¿Quieres ver como están las cosas ahora?- Dijo Kris, mientras tomaba la mano de Ralsei, para darle ánimos.

-¡Claro que quiere, estúpido! Mientras tú estabas desaparecido meditando en un rincón de tu cuarto, hice la prueba con él, pero no quiso salir de la escuela porque te esperaba a ti...- masculló Susie, respondiendo por su amigo.

El humano se sintió culpable por su actitud, agachando la cabeza, pero rápidamente fue confortado con un abrazo del príncipe, que en ningún momento dejaba observarlo con dulzura.

-Susie, somos un equipo. El mar no es playa sin arena y sol. Quería hacer esto desde siempre, pero ahora que su mundo está a salvo, puedo disfrutar plenamente, y quería tener a mi mejor amiga y creador amado a mi lado para eso.

-Ralsei, tus recursos poéticos al hablar son tan nerd, pero supongo que tienes razón. Ya no debemos salvar a nadie... ¡Solo vamos a divertirnos un rato! Sobretodo tú, que te la pasas trabajando... Es hora de aprender a ser vago.

Kris rió disimuladamente, sintiendo genuina sorpresa ante el destino, que se encargó de juntar a tres personalidades tan únicas.

Por lo que sabía, algunas cosas habían cambiado desde que Ralsei se quedó como regente supremo del Mundo Oscuro en lo profundo del armario.

Gracias a la recuperación del balance entre la luz y la oscuridad, lograron dar con el paradero de Dess, quien estaba perdida en un Mundo Oscuro oculto en el bosque. Esto había apaciguado las aguas entre Asgore y Toriel, quienes trataban de avivar su relación una vez más, y había dado consuelo a las culpas de Asriel. Sin embargo Rudy Holliday, el padre de Noelle y amigo muy querido de los Dreemurr, sucumbió a su dolorosa enfermedad. El mundo de la luz ofrecía sonrisas y lágrimas que él también quería compartir.

Realmente se habían esforzado mucho por traer la paz y derrotar al Caballero. Un viento de sosiego surgía desde lo alto y avisaba las buenas noticias.

Con ansiedad propia de la edad, Susie fue la primera en saltar al pilar de luz. Kris extendió su mano para ofrecérsela a su querido príncipe, saltando juntos. Levitando y dejando que la luminosidad los cegara por unos segundos, llegaron a las puertas del armario.

En las afueras, Kris se percató que las ropas de Ralsei eran un tanto diferentes a las que se habían acostumbrado a ver con Susie, pero no por eso dejaba de verse tierno. -" Ahora si, definitivamente es un algodón de azucar" pensó. Sus cuernos eran de un rojo intenso al igual que su amada bufanda. Mientras que su túnica fue reemplazada por un holgado chaleco rosa pastel y pantalones negros. Reconoció que si lo hubiera visto antes, tal vez se sentiría incómodo, pues literalmente parecía un hijo perdido de los Dreemurr, lo que soñaba ser cuando niño. Pero después de toda su aventura juntos, eso ya no podía importarle menos.

Ralsei se veía emocionado. Al fin podría estar con sus mejores amigos y seguir siendo el Equipo Divertido. Esta vez no habrían luchas épicas y mundos extraños. Sólo serían confrontados con la realidad del pequeño Hometown, aunque ahora el humano, la monstruo y el príncipe de la oscuridad, veían todo con esperanza.

Su travesía los hizo amigos, pudieron superar sus miedos, enfrentarse a sus demonios y vencerlos, juntos. Habían aprendido los unos de los otros y podían respirar con alivio sabiendo que se tenían para afrontar lo que viniese.

Susie no resistió más y tomó a Ralsei de la mano, tratando de hacerlo avanzar:

-Esta es la salida. Ahora nosotros te enseñaremos a ti este mundo, es tu turno de aprender...

-Awww, que amable te has vuelto, Susie, estoy muy orgulloso.

-No me vengas con cursilerías ahora, ¡que me avergüenza! Kris, ¿no vas a decir nada? Ayúdame un poco...

Kris inesperadamente se abalanzó contra Ralsei dándole un rápido beso que lo aturdió por completo:

-Solo sé bienvenido a casa- susurró en complicidad.