Decepción

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Kris se incorporó pesadamente. Miró a Ralsei, quien estaba despierto a su lado, tratando de confortarle:

-Tranquilo, solo tuviste una pesadilla, ya pasó... Estamos en casa. Todo está bien- susurró, mientras con sumo cuidado limpiaba sus lágrimas con un pequeño pañuelo.

-Ralsei, necesito saber algo...- respondió Kris, quien se levantó del sofá, buscando calamarse y concentrarse en sus palabras: -¿Nos faltó algo por hacer?-.

-No... ya cumplimos la profecía, la luz y la oscuridad están en paz gracias a Susie y a tí.

- No tenemos que sellar TU fuente también ¿Cierto?

Kris decidió retirar suavemente su flequillo, para que su amigo lo pudiera mirar directamente a los ojos, buscando su respuesta sincera. El mago lo miró con asombro. En sus ojos se podía ver el miedo ante sus palabras, aunque sostenía la mirada.

-Kris...- Pronto se empezó a desmoronar y sus ojos se llenaron de lágrimas: - Yo realmente no lo sé, pero tengo un horrible presentimiento sobre eso...

El humano invitó a Ralsei a salir afuera. Sería mejor dar un paseo largo en la infinita noche para poder aclarar todo. El aire fresco llenaba sus pulmones, y a pesar de que tenía algo de frío, las lágrimas de su oyente le indicaban que debían escucharse mutuamente.

Sentados al borde del lago, el príncipe mago le contó lo que sabía:

-Cuando empezamos a sellar los Mundos Oscuros creados por el Caballero, reclutamos a algunos amigos, que ahora son los pobladores de mi reino. Sin embargo, muchos de ellos no pudieron serlo, y se quedaron atrás, desapareciendo. Cuando descubrí eso, busqué en la leyenda si había algo más, como algún precedente que debíamos considerar, pero no había respuesta.

Cumplimos con todo, ya no deberíamos tener problemas... Pero siempre he tenido la sospecha de que también debemos concluir con eso, para terminar la historia...- un hondo suspiro culminó con sus palabras.

-Eso significa que si llegara a hacerlo, Castle Towm desaparecería, y eso significa que tú...- Podía entender el gran problema al que se enfrentaban ahora, y respiraba con decepción.

El humano alcanzó la primera piedra que encontró, y la lanzó pesadamente contra el quieto y oscuro lago, haciendo una pequeña onda que se expandió hasta desaparecer. Ralsei solo se mantuvo acurrucado en posición fetal por unos instantes hasta que se dignó a hablar, mirando con profundo cariño a su amado creador:

- Por eso quiero que este luminoso comienzo sea especial para nosotros hasta que tengamos que decir adiós... Solo permíteme estar a tu lado, hasta que sea seguro continuar sin nosotros.

-¡Pero yo no quiero continuar sin ti!, No soy capaz de destruir todo tu mundo. Ahí está tu casa, tu gente, nuestro revoltoso amigo Lancer. ¿Sabes como se sentirá Susie si tuviera que decidir ese destino conmigo? Ninguno de nosotros podría seguir adelante...

-Si lo harán, porque se tendrán el uno a otro y recordarán por siempre esta aventura... , y yo... yo te amaré... por toda la eternidad.

Hubo un silencio pesaroso. Estaban lo suficientemente cerca como para que sus manos se rozaran sutilmente. Ambos tenían tanto que decir y expresar, sin embargo no podían. El sol lentamente parecía asomarse y el cielo comenzó a despertar a sus primeros colores.

-Ralsei, por favor, quédate conmigo en la oscuridad- murmuró débilmente mientras acercaba sus labios temblorosos y le regalaba un suave beso en la comisura de su boca.

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