Xiao Zhan es un inseguro chef de comienzo que sólo busca una salida a la mala vida que lleva. Sin embargo, en esa búsqueda se encuentra con Wang Yibo, el chico con el cual aprenderá que el corazón puede volver a ser reparado para amar.
Wang Yibo es...
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El prominente hospital ZhuTing era usualmente tranquilo, silencioso y lleno de paz para la cómodidad de los pacientes desde el punto de vista de Wang Yibo, el reconocido obstreta del gran lugar.
No obstante, este día parecía ser una excepción, pues caminando por entre los pulcros pasillos se percibian fuertes gritos de enojo en conjunto de alegaciones. Entonces divisó a lo lejos a una pareja, los seguramente causantes de aquel alboroto.
Uno lloraba; podía percibirlo incluso estando lejos. Mientras que el otro, el más alto y vestido con elegancia, como si hubiese salido de alguna gala reciente, lo jaloneaba, tratando de apurarle el paso para salir de ahí.
Se exaltó, abriendo ligeramente los ojos de más al ver desde su lejanía como el más formal lanzaba una severa abofeteada al más pequeño, quien a partir de eso incrementó su llanto. Gritó aún más por ayuda.
Wang Yibo frunció el ceño, nadie lo ayudaba, y sí eso era así, entonces él lo haría. Corrió a la velocidad permitida hacía el otro par, los cuales seguían forcejeando, uno tratando de soltarse y el otro estando reacío a disipar el agarre que mantenía.
—¡Gong Jun, suéltame! ¡Alguien ayúdeme!— Escuchó de la voz del más bajo; el que parecía estar al borde de un ataque de pánico.
Gong Jun levantó la mano, dispuesto a volver a abofetear a Xiao Zhan. Cerró los ojos esperando el dolor ocasionado por el golpe. No sintió nada, así que abrió sus ojos y, al hacerlo, se encontró con que estaba libre del agarre. Dicho sea de paso; a su frente estaba un hombre de cabello castaño, más alto que él por varios centímetros. Tenía agarrada con fuerza la muñeca de Gong Jun en el aire, evitándole de esta manera que llegase a tocarlo de algún modo.
Wang Yibo tenía la mirada oscurecida, mientras tenía la vista puesta en Gong Jun. —No te atrevas a golpearlo.— Pronunció firme. —¿Quién te crees que eres?
Gong Jun apartó su mano de un sólo tirón, mirándolo de manera expectante, como si lo estuviese burlando. —Soy su novio. Puedo hacer lo que quiera con él. ¡Quítate!— Miró detrás del antónimo, topándose con la mirada miedosa de A-Zhan. Intentó acercarsele, más se le fue impedido por el médico al sentir como las manos del que protegía apretaba su bata desde atrás. La ira creció dentro de él. —¡Xiao Zhan!— Gritó llamándolo.
Wang Yibo se colocó aún más frente a Xiao Zhan, bloqueándole el paso al que decía ser su novio al notar que intentaba acercarsele. —Puede ser tu novio, pero no es un objeto para que hagas lo que quieras con su persona, como usted dice. Señor Gong, váyase o tendré que llamar a seguridad.
El hombre frunció el ceño, más aún de tal forma agitó su mano con resignación, para que continuamente se marchara con pisotones enfurecidos.
El castaño sintió su bata ser soltada con lentitud al momento en que Gong Jun desapareció por la entrada. Acto seguido, Xiao Zhan se puso frente a él, haciéndole inclinaciones de casi noventa grados mientras que de sus labios sólo salían agradecimientos. Con suavidad, lo detuvo por los codos al notar una línea de sangre en la mejilla contraria.
