Xiao Zhan es un inseguro chef de comienzo que sólo busca una salida a la mala vida que lleva. Sin embargo, en esa búsqueda se encuentra con Wang Yibo, el chico con el cual aprenderá que el corazón puede volver a ser reparado para amar.
Wang Yibo es...
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Wang ZhuoCheng recorrió con la mirada todo el lugar una vez que salió del aeropuerto. Estaba feliz, su gran sonrisa era la perfecta prueba de ello.
Finalmente, después de tanto tiempo había regresado a su hogar. Aunque... hacía demasiada calor. Su cabeza incluso estaba comenzando a doler por eso. Agitó la cabeza un poco, retomando un paso lento hacia algún lugar que ni él sabía. Sólo quería caminar antes de ir a su cueva llamada casa.
Su mirada quedó plegada de repente en un puesto de comida callejera del otro lado de un estanque del parque donde se encontraba. Intentó ir, más sin embargo, al momento en que avanzó unos cuantos pasos, un horrible dolor en su cabeza lo invadió por completo, conjunto a sentir como de su nariz escurría una escencia, la cual, al momento en que la tocó, se percató de que era sangre.
Nadie a su al rededor parecía darse cuenta de su estado. Sus piernas se debilitaron de repente, y su vista comenzó a hacerse borrosa.
Sus ojos rodaron a la parte de atrás al instante en que el dolor de su cabeza ganó a sus sentidos. Sintió de ultimatúm como era sostenido por unos brazos antes de que su cuerpo pudiera impactar contra el suelo. Además, divisó el rostro de la persona que lo agarró, momentos antes de que cayera en el negro vórtice de la incosciencia.
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Liu HaiKuan notó que el chico extraño, el cual yacía recostado en el sofá de su oficina comenzaba a mover los párpados con lentitud. Se acercó a él, quitándole de la frente el paño húmedo que anteriormente le había brindado para bajar su insolación.
Se mantuvo en su lugar, limpiando las áreas manchadas de sangre del rostro del muchacho. Hasta que tuvo que alejarse repentinamente en cuanto el contrario abrió los ojos, dándole un puñetazo directo en la cara.
ZhuoCheng se incorporó, mirando a todos los extremos del lugar desconocido en donde se encontraba. Hasta encontrarse con la mirada de dolor del otro hombre, mientras tenía una mano puesta sobre su moflete. —¿Tú quién eres? ¿Qué es este lugar?
Hai Kuan le sonrió, olvidándose de su dolor inicial por lo lindo que era el niño azabache. —Estás en el Hospital ZhuTing. En mi oficina; te desmayaste afuera por insolación. En otras palabras, tuviste un golpe de calor.
El azabache abrió la boca asintiendo con rápidez. —Entonces gracias.— Exclamó con entusiasmo, dejando atrás su actuar defensivo. —Soy Cheng, Wang ZhuoCheng. ¿Usted es...?— Alargó la última palabra, esperando por una respuesta mientras le extendía la mano al más grande.
—HaiKuan, Liu HaiKuan.— Respondió, correspondiendo a la acción de ZhuoCheng, quedando ambos con las manos agarradas y un sentimiento de extraña cálidez entrando en ellos.
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Durante todo el tiempo que llevaba caminando, Xiao Zhan sentía una mirada pesada sobre sí, además de pasos a su detrás en conjunto de los suyos.
