章节 十四

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Un bostezo salió de lo más profundo de él mientras salía de su habitación, cerrando la puerta detrás suyo

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Un bostezo salió de lo más profundo de él mientras salía de su habitación, cerrando la puerta detrás suyo. Llevaba los ojos entrecerrados, chasqueando la lengua ligeramente, producto de estar recién levantado. Formó un pequeño puchero cuando el sol que entraba por la ventana del baño le dió a la cara.

Se vió al espejo, sin poder evitar emananar una sonrisa boba cuando recordó los acontecimientos entre él y Wang Yibo la noche anterior.

Sacó a flote un melifluo por su apariencia mañanera desastroza. Después, tomó su cepillo de dientes, empezando con su higiene, pero manteniendo los ojos cerrados. Sin esperárselo, la puerta del lugar se abrió con repentino, haciendo que abriera los ojos, retrocediendo en brincos, asustado por la repentina acción de Yibo, quien también se había asustado por no saber que Xiao Zhan estaría ahí dentro.

Lao Wang rió nervioso, dando unos cuántos pasos hacia atrás al ver el rostro de miedo repentino de Xiao. —Lo siento, lo siento, no sabía que estabas aquí. Yo... voy a salir.— No lo hizo, se quedó ahí parado, estático sin razón aparente.

Xiao Zhan hizo un sonido de exaspero, aún estando en aquel rincón del baño a donde había ido a parar por el susto. —¿Qué...?— Y cuándo habló, fue que se dió cuenta que su boca estaba repleta de la espuma de la pasta dental, escurriéndose de ella. Abrió los ojos de más al sentirla y ver la risa retenida en Yibo. —¡S-Sal! ¡No me mires!

Wang Yibo apretó los labios, sonríendo un poco aún con ellos así. —Oye, no hay de que avergonzarse, sigues siendo tan lindo.

El pelinegro se mofó, mirándose al espejo una vez que quitó el exceso de espuma con agua. —¿Lindo?— Preguntó a su contrario, el cual asintió. —¿Cómo? Soy un desastre.

No se esperó que el castaño se ríera con bajez, tomando sus hombros para girarlo, y que, de tal manera, estuviesen el uno frente al otro. —Un precioso desastre.

Dándole un golpe en el brazo, y una sonrisa penosa se alejó, saliendo del baño hasta llegar a la cocina, siendo seguido por Wang. —Basta, siento que moriré si sigues diciéndome eso.

—¿Por qué?— Cuestionó, abrazando a su chico por la espalda, recargando su mentón en el hombro contrario.

-Te lo he dicho. Antes, nunca nadie me decía cosas bonitas.

Sin soltarlo, Wang Yibo le respondió en un susurro. —Si no te gusta que te llame así, no lo haré más. No te incómodaré.

—No, no.— Negó rápido. —Por supuesto que me gusta. Es sólo que... bueno, sólo no estoy acostumbrado, y es un poco extraño para mí que de repente alguien me trate con tanto afecto como tú.

—Entonces haré que te acostumbres. Prometo que siempre te hablaré con tanto cariño, incluso hasta que estés harto de mí.— Wang se acercó aún más a la orejita de Xiao Zhan, musitándole ahí con voz más baja que antes. —XiaoXiao.

Hello, Little Happiness.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora