Querida hermana,
Hoy me desperté más tarde de lo normal, es sábado, el sol estaba fuera brillando, estamos en pleno Julio y hace calor, demasiado para mi gusto
Pero a mí me da igual la hora, el día, el mes, el tiempo yo me sigo sintiendo igual o quizás peor cada día que pasa. Da igual lo soleado que este, el calor que haga para mí todo es gris y frio, todo distante, yo vivo en una burbuja que han explotado tantas veces que cada vez que se recrea es más fuerte y ahora ni con la peor de las bombas desaparece.
El día paso lento ¿lento? ¿Qué digo? Lentísimo, un día horrible, aunque eso no sea noticia, todos mis días son horribles ya estoy acostumbrada.
Papá y mamá están de nuevos peleados. No paran de gritar y gritar. Me he venido a tu habitación, es el único lugar en el que me siento bien, el único en el que tengo buenos recuerdos, aunque tú ya no estés me sigo sintiendo protegida aquí dentro. Las manos me tiemblan, los ojos me lloran, ya no se qué hacer para que todo esto pare, para que mi corazón deje de doler.
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Ayer me quede dormida en tu habitación, con los gritos de mamá de fondo.
Hoy me levante antes que los demás, tenía que cambiar las sábanas y fregar el suelo. Anoche no aguantaba más y me tuve que desahogar de alguna forma, no encontré mejor manera para hacerlo que con mi cuchilla. Aun me dolían las muñecas y aunque mis sentimientos no se han borrado, al fin me pude sentir mejor aunque solo fuera por unos minutos. Después de esto caí dormida aun con la cara empapada y la sangre saliendo.
