[Faltan 23 días]

110 15 1
                                    

Querida hermana,

La curiosidad mato al gato.

Número desconocido:

¿Cómo que para qué?

Yo a número desconocido:

Para que quieres que te hable. Ni siquiera nos conocemos.

Número desconocido:

Tu pelo, es azul, blue en inglés es azul.

Número desconocido:

Pero me gusta más Blu, que es como se pronuncia.

Número desconocido:

Bueno, en realidad yo a ti si te conozco.

Yo a número desconocido:

¿Y cómo sabes cómo tengo el pelo? ¿De qué me conoces? ¿Cuántos años tienes? ¿Cómo te llamas? ¿Vas a mi instituto?

Yo a número desconocido:

No soy tonta, se cómo se pronuncia azul en inglés.

Número desconocido:

Aw, chica, respira.

Sé cómo es tu pelo porque te he visto. Te conozco porque te he visto. Tengo la misma edad que tú. Puedes llamarme Yell. Y sí, voy a tu mismo instituto.

Número desconocido:

Nadie ha dicho que seas tonta.

Yo a número desconocido:

¿Yell?

Número desconocido:

Sí, Yell.

Yo a número desconocido:

Déjame adivinar, ¿eres rubio?

Número desconocido:

Chica lista.

De nuevo vuelvo a la misma pregunta: ¿Para qué? Vuelvo a la misma respuesta: para nada.

Eran las cinco de la tarde, decidí que hoy no me iba a quedar en casa sentada en frente de mi ordenador, no.

Asique me levante y fui al armario. Recordé mis viejas Converse blancas, hacía tiempo que no me las ponía. Las busque y cuando las fui a coger, del fondo del armario descubrí que estaban justo encima de mi skate.

Oh, hermana, ¿te acuerdas? Te acuerdas de aquellas largas tardes de verano que nos las pasábamos montadas en esos trastos. No nos cansábamos nunca.

Jamás olvidaré todo aquello.

Tú tenías dieciséis, yo tan solo unos trece.Un día cualquiera papá y mamá nos compraron unos.El tuyo tenía un estampado como el de la cebra, el mío el símbolo del ying y el yang.Íbamos a las pistas cerca de casa.Los niños se rieron de nosotras.Pero tú eras y eres tan valiente, que le plantaste cara.Y les demostraste que eras mejor que ellos.Después de eso, montar en skate fue nuestra vida.

Era todo tan de color rosa.

Hasta que sin saber porque, cambio todo, nos fuimos, nos cambiamos de casa, de colegio. Nos tuvimos que olvidar de nuestros viejos amigos.

Chicas, ahora tenemos una nueva vida.

¿Recuerdas? Esas fueron las palabras exactas de papá. Jamás supimos porque. Y nunca nos atrevimos a preguntar por la verdad.

A partir de ahí todo se volvió tan de color negro.

Al menos para mí.

Nadie jamás supo, ni sabe, ni sabrá lo que me hicieron pasar aquellas crueles niñas.Siempre será mi mayor secreto.

Simplemente, hermana, te diré que eran tan crueles, que me quitaban el sueño, que me quitaban el hambre, que hacían que se me quitaran las ganas de vivir.

Si a eso le juntamos las peleas de papá y mamá, mi vida es un infierno.

Si se le puede llamar a esto vida.

Aun me sigo preguntando porque todo cambio tan así de repente ¿tú no te lo preguntas? ¿Tú no echas de menos nuestra niñez? ¿No te gustaría volver a nuestra antigua vida? ¿No te preguntas como hubiera sido todo si no nos hubiéramos mudado?

Porque yo, me lo pregunto cada día, yo añoro nuestra niñez tanto como añoro el ser feliz, cada noche sueño con volver a jugar en el parque sin ningún pensamiento que no sea el de no perderme mis dibujos preferidos en la televisión y cada día imagino mi vida como era antes y como hubiera sido de no habernos mudado. Pero jamás sabremos la verdad.

-

Me quede contemplando mi querido skate recordando todos los momentos junto a ti.

-¿Y por qué no?- Me pregunte a mí misma.

Agarré una camiseta de tirantes rosa, unos shorts vaqueros, las converses blancas, alise mi pelo, pinté mis ojos, cogí un gorro rojo y por último coloque mi skate entre mi brazo derecho.

Salí de casa y me encaminé a la vieja pista. Allí seguía tal y como la recordaba.

Eran las cinco y media. Aun no había nadie. Quería probar a montarme de nuevo, pero no estaba muy segura.

Me subí y para mi sorpresa no se me había olvidado nada.Estuve montando un rato hasta que llegaron unos chicos.Me limite a observar sentada en un banco.

Temía que me echaran o criticaran.

Porque yo, por desgracia, no soy tan valiente como tú.

Saque la cámara que había traído metida en mi mochila y discretamente eche algunas fotos a aquellos chicos, que debo decir que eran bastante buenos.

Y no te lo vas a creer.

De repente vi que unos cuantos estaban mirándome.Yo baje la mirada hasta mi cámara ya que aquello me intimidaba, me intimidaba bastante.Volví a subir la mirada cuando pensé que ya habrían dejado de mirarme. Y en efecto lo habían hecho.Pero uno de aquellos chicos se acercaba a mí. No le vi la cara, volví a bajar la mirada y me dispuse a irme.

-Hey.-

Creí que me gritaría por haberles echado fotos y me obligaría a borrarlas. Pero en vez de eso, me pregunto que si las podía ver.

Yo asentí y se las enseñe.Me dijo que eran geniales y que si se las podía enviar. Yo por supuesto acepte.

Y cuando él se estaba yendo, caí. ¿Cómo le enviaría las fotos?

Me di la vuelta y antes de que pudiera preguntar él se giro y se adelanto:

-¡Espero las fotos Blu!-

Me dijo sacudiendo la mano con una enorme sonrisa.Me di la vuelta sorprendida.

Y con la vista en el suelo, sonreí.

Felicítame, esa fue mi primera sonrisa realmente verdadera en unos...

En realidad no sé cuando tuve otra así.

Sorry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora