Querida hermana,
Ya no sé ni que escribir, ya todo me parece una mierda. Me paso el día en la cama, mirando al techo.
Me corto.
Y lloro.
Me corto.
Y lloro.
Vomito.
No como.
Y vomito más.
Y me corto.
Y lloro.
Mi vida ya no tiene sentido.
No sé nada de ti desde hace como cinco meses.
Papa vive su vida, y yo, bueno yo duermo la mía.
Y mama ya no está, ni nunca volverá.
No te he contado, me encanta dormir, es como morirme por un ratito ¿entiendes?