Querida hermana,
No he vuelto a ir a las pistas, ni a coger el móvil, en resumen no he vuelto a hacer nada.
He comido seis galletas y me he bebido un zumo en tres días.
Seguro que cuando leas esto te parecerá una locura todo, pero si lo vivieras, si supieras por lo que estoy pasando, me entenderías y todo lo que hago que para ti no tiene sentido, lo tendría.
Lo raro es que papá no me molesta, ni siquiera entra a preguntarme. O quizás si entra, pero yo estoy dormida. ¿Habrá visto mis cortes? ¿La sangre? Ojala que no.
Y bueno, hermana, ya solo faltan trece días, pronto me despediré de escribirte todo lo que hago.
De momento, me voy hasta mañana.