Capitulo 05-Antalya

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Regreso en la madrugada y tengo una discusión con Anna cuando nos cruzamos en la oscuridad de la sala de estar, donde se encuentra esperándome.

A mi jamas nadie me ha reclamado o pedido explicaciones, yo hago lo que me dé la gana cuando quiero, ese ha sido en trato desde un principio con mi padre, me da libertad y a cambio yo lo obedezco cuando lo necesita. Finalmente la mujer entiende cómo se manejan las cosas conmigo y me deja dormir.

A la mañana siguiente todos en esta casa empacan para irnos al viaje, suben maletas a una camioneta negra familiar de seis puestos, los cuatro de tras en cada extremo quedando frente a frente, lo más ordinario de lo ordinario. Christian no me habla, está molesto porque me fui y se transformó en modo escolta serio.

Salgo de la casa emocionada cuando un taxi se detiene al frente dejando salir a Beatriz, quien llega apenas con una maleta de mano pequeña. Mi amistad con ella surgió gracias a Christian. Se conocieron cuando ella iba a visitar a su mamá a la empresa y de ahí nació un gusto, del cual ellos no disfrutan por idiotas.

Besa mis mejillas y sonríe mirando la camioneta en la cual ya las Evans están, Christian está al lado de pie esperándome. Tomó de la mano a mi amiga y la obligó a subir, observó con asco los asientos viejos y desgastados.

—Danella, este viaje es familiar —habla amable Analia.

—Ya sé, por eso invité a Beatriz —sonrìo—. Es como si fuese mi hermana, su mamà se coge a mi padre.

La pelinegra me mira seria pero se acomoda en la parte trasera. Sabe que no miento, a mi padre le fascina tener aventuras con sus asistentes y ahora es el turno de Teresa Espindola. La incomodidad de las Evans es notoria. Anna sujeta la mano de su hija proporcionando calma.

—Me iré en mi auto, me da miedo que se me pegue algún bicho de esta camioneta sucia.

—Danella es un viaje largo por favor ven con nosotros. Llamaré al hotel y pediré otra habitación más para tu amiga.

Niego y meto la coleta de mi cabello bajo la gorra.

—No señora, nos vamos a quedar en mi hotel no en el que usted rento. Yo no duermo en pocilgas.

—Danella, mi mamá ya pagó las habitaciones en el otro hotel, no puedes hacerle perder dinero.

Christian se cubre el rostro y Beatriz ríe bajo mirando a la hija de Anna.

—¿Cuánto pagó?

—No es importante, lo que importa es compartir tiempo juntas.

—Si quiere señora nos quedaremos en mi hotel, no se preocupe que yo pagaré todo. —sacó unos billetes de mi bolso y los arrojó con desprecio al asiento vacío junto a la mujer de cabello rojo— Ahí está lo que pagó por el otro mugroso hotel.

Todos quedan mudos, mi amiga baja de la camioneta quedando al lado de mi escolta. Anna no puede moverse solo observa el dinero ahora en el suelo del auto.

Ruedo los ojos y giró en busca de mi auto y mi cara choca con el pecho musculoso de Adkin. Toma mi muñeca con firmeza, y sus ojos me queman con la ira que demuestran. Christian intenta acercarse pero Bea niega.

—Te vas a subir a esta camioneta y en cuanto lleguemos a Antalya, te disculparas con tu madre por lo grosera que eres. —Habla despacio, sujetándome con más fuerza.

—¿Solo porque tú lo dices?

—Así es. Mira bimba, aquí no importa si tienes dinero o no, aquí todos somos personas y nos debemos respeto y más cuando se trata de tu madre.

𝑬𝒍 𝒑𝒆𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝑻𝒊𝒛𝒊𝒂𝒏𝒐 [Completa]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora