𝑬𝒍 𝒑𝒆𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝑻𝒊𝒛𝒊𝒂𝒏𝒐 [Completa]✔️

Capitulo 14-Mia bimba

Apago el teléfono luego de que no deja de sonar ni un segundo. Adkin acelera su Audi por las calles decoradas con la luz de la luna.

—¿Quién te llama? —pregunta.

—Jonatan mi escolta

—¿Qué sucedió con Christian Hale?

—Mi padre lo despidió, creyó que él y yo estábamos creando demasiados lazos afectivos.

—¿Y no es así?

Niego con la mirada en la ventana del auto.

—¿A dónde vamos?

—Primera vez que la víctima cuestiona a quien la secuestra.

—Adkin, esto no está bien si mi padre se entera...

—Te voy a llevar con tu madre, pero mañana —acelera—. Hoy quiero conversar contigo.

—¿Sobre qué?

—Sobre qué follamos y de la nada desapareciste, y sobre el tipo con el que bailabas y tu supuesta boda con él.

Lo observo en silencio. Tiene la mandíbula tensa y su clara molestia es obvia.

Toma una carretera externa a la principal hasta llegar a una casa en los suburbios muy parecida a la de Anna, solo que está esta en medio de zona verde y alejada de las demás, estaciona el auto y baja.

Dejó el teléfono en su auto y lo sigo. Al entrar la casa es de lo más cálida toda de madera y una decoración muy linda, fotografías familiares en las paredes y mantas de cuadros sobre los sillones coloro marrón del centro de la sala.

Me quita la chaqueta y la cuelga en la entrada doy pasos lentos hacia la sala de estar cuando el grito de emoción de Alessandra me deja con problemas de audición. Me abraza y no puedo evitar alejarme de golpe, me mira nerviosa y niego.

—No me gusta que me toquen.

—Lo siento mucho Danella —sonrie amablemente.

—¿Qué hacemos aquí Adkin?

Se acerca mirándome serio y sube los hombros.

—Es la casa de mi familia, bienvenida —mira a su hermana—. Le arreglaré uno de los cuartos ¿La cuidas por mi?

—Sí hermano.

Lo miro antes de decir ofendida.

—No soy una cría, puedo cuidarme sola.

—Nada me asegura que no volverás a escaparte.

Sube las escaleras que suelta un crujido con cada paso que da hasta que desaparece. La italiana de cabello castaño y ojos entre verdes y azules claros me toma de la mano guiándome a una cocina de lo más rústica, solo en películas había visto una casa así.

—Preparo la cena —comenta— ¿Qué te gusta comer?

—Filete de carne y papa en salsa está bien.

—¿No prefieres papas fritas?

Niego.

—No como esas cosas, la papa en salsa es muy fácil la cocinas y la revuelve con salsas supongo.

Ríe por lo bajo y se pone un delantal, envuelve su cabello en una moña alta y comienza a cocinar con una destreza similar a la de Adkin.

—¿Por qué Adkin Tiziano me trajo aquí?

—No tengo idea. Supongo que no le gusta que te escondas de él.

—No me escondo.

Ella sonríe de lado y sube los hombros.