Amando A Medias [hyunmin]

5 días antes...

Te mirabas tan tierno e inocente a mis ojos, luego de que te quedaras charlando con tu nueva amiga me senté en un apartado, pero cómodo banco, mientras miraba la escena a través mis curiosos ojos y movía mi lengua una y otra vez haciendo círculos y chupando de mis labios el resto del helado que estaba comiendo.

—Eres muy lindo Jinnie

Le dijo con un leve rubor es sus mejillas mientras lo miraba con esas perlas café que eran rodeadas de sus largas pestañas.

—Tú también princesa

Sonrió mientras acariciaba sus largos y dorados cabellos.

Puedo jurar nunca haber visto tanta belleza junta.

Después de ir a comprar los helados, nunca imaginé que al regresar, me fuera a topar con dicha escena.

No quise esperar más y puse a mis pies a caminar hacia la banca en donde se encontraba mi amado y por lo que parecía ser una nueva amiga.

¡Me encantaba la forma en la que hacías que tú y la pequeña niña encajaran totalmente!

Porque sí. Mi novio se hizo súper amigo de una chiquilla de 6 años.

Mis ojos no paraban de mirar tu perfilado rostro, y contornear todas las facciones que éste mismo contenía, te mirabas tan lindo, sonriéndole, a un pequeño, pero extremadamente tierno ser. Para que luego de que terminara de contemplar tu rostro, fuera a posar mis ojos, hacia aquel inocente ser, que apenas y empezaba a saber de la vida.

Sus ojos eran grandes y color café, sus pestañas largas y gruesas, su piel pálida pero llena de vida.

Podría jurar que de ti, no le faltaba nada...

¡Cualquiera que nos vería pensaríamos que éramos los padres de esa pequeña!

Estar en compañía de ella me hizo pensar algo extremadamente loco e imprudente ¿quizá? Para ti.

Oh Hwang Hyunjin, ¿crees que algún día podremos tener una hija u hijo así?

Sus ojos se aguadaron, sus mejillas se enrojecieron, sus manos de unieron y su ceño se frunció.

—¿Puedo quedarme un ratito más?

Pronunció en una silenciosa pero tierna súplica.

—Lo siento cariño, papá y yo tenemos que irnos.

Mi corazón se estremeció al sentir los pequeños brazos que rodearon mi cuello, y unos pequeños sollozos que salían de la niña.

—Fue lindo pasar con ustedes. Los voy a extrañar mucho...

Pero ahora sus brazos estaban al rededor del cuello de Hwang.

—Ojalá los vuelva a ver algún día.

Puedo jurar que a mi corazón le daba un paro cardiaco después de escuchar esa súplica salir de sus labios.

¿Acaso me puede dar diabetes por una niña como ella?

Cuando sus padres pudieron soltar su agarre de nuestros brazos se alejaron de nosotros, mientras ella nos miraba desde la espalda de su padre, y antes de que pudiera subir al carro, llevo una de sus manos a sus labios para luego lanzarnos un pequeño pero tierno beso.

—Hyunjin

—¿Si?

—Creo que tengo diabetes.

—Kim Seungmin