Capítulo 10

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Me quedé mirando a mi madre completamente perpleja, no tenía ni idea de a que venía todo esto, y lo peor, no sabía a qué vendría él. Lorcan era mi amor platónico desde pequeña, tuvimos un desliz el año pasado y todo se quedó en solo eso. Yo corté esa relación rara que teníamos por seguridad, por varios motivos, de hecho, no quería salir mal herida ya que él tenía ese tipo de fama entre las chicas. Y la razón mayor que todas las demás, era el hermano mayor de Jane.

El año anterior yo había empezado a desarrollarme, a salir con amigas y a hacer amistades masculinas y más que amistades. Lorcan nunca antes me había prestado ningún tipo de atención, siempre lo había considerado mi amor imposible por el simple hecho de ser el hermano guapo de mi mejor amiga, pero tampoco me dolía que no me prestara atención.

Una noche fui con Jane a casa de un amigo ya que había organizado una fiesta para celebrar el inicio de las vacaciones de Navidad, el inconveniente llegó cuando, de la nada, Jane estaba en el suelo vomitando y borracha como una cuba. Yo también había bebido pero no hasta tal punto, así que decidí llevarla a la habitación de nuestro amigo para que durmiera, me quedé con ella una media hora para asegurarme que se recuperaba, le dejé agua, un balde por si quería vomitar otra vez y su teléfono con una nota que decía que cuando quisiera salir que me llamase, y la cerré con llave desde fuera para que nadie entrase sin querer y la molestase.

Estaba divirtiéndome como nunca en la sala de estar, acompañada de mis amigos que me protegían como una hermana y no dejaban que nadie me tocase para nada, me sentía segura sin Jane por una vez en mucho tiempo. Riéndome a carcajadas por una tontería que dijo Mike me dirigí hacia el baño para lavarme la cara y ya de paso a revisar a Jane. Llegué al baño y me mojé la piel, a causa de mi mareo el agua salpicó un poco y me mojé el vestido, no le di ningún tipo de importancia ya que sentía de todo menos frío.

Al salir, cogí mi vaso de la encimera del baño y me dirigí a la puerta. Cuando la abrí alguien chocó contra mí y le derramé el vaso encima sin darme cuenta, levanté la vista para encontrarme con los ojos azul cielo que tanto se parecían a los de Jane, cuándo procesé lo que había hecho me puse roja y empecé a ponerme nerviosa. Estaba frente a mi amor platónico de toda la vida y le acababa de derramar un vaso lleno de ron encima.

Curiosa forma de ligar Marie. Me dije a mi misma antes de volver a alzar la mirada para encontrarme con esos ojos de nuevo.

—Yo... lo siento, supongo.— no soporté la presión y comencé a reírme a carcajadas ante la situación, el alcohol hacía ese efecto en mí.

—¿Marie?— me ojeó de arriba a abajo sin ningún tipo de disimulo.

Noté como mis mejillas estaban a punto de explotar, solo de pensar que debía estar roja como un tomate me avergonzaba más.

—Estás... cambiada.— me dedicó una sonrisa torcida.

—Si eso es un cumplido, gracias. Supongo.— yo seguía riéndome como si no estuviera muerta de la vergüenza.

— De nada, creo. Vengo a por Jane, ella misma me ha llamado borracha diciéndome que quería que viniese a buscaros.

—¿Buscarnos? ¿Quién ha decidido que yo me quiero ir? Estoy bien.—dije mostrando una muy falsa seguridad.

Realmente lo estaba, estaba mareada y ya. Lo único que cambiaba es que podría hacer cualquier cosa que quisiera sin pensar en las consecuencias de mis actos, seguir mis impulsos nunca era una buena idea.

—Deberías irte a casa. Creo que es suficiente por hoy Marie.— siguió sonriendo de esa forma que me estaba volviendo completamente loca.

Al final acepté y me fui a despedir de mis amigos antes de ir a la habitación donde estaba Jane. Cuando entramos la encontramos ahí sentada en el borde de la cama, con su mano sobre su frente y masajeando la misma, cuando nos vió se levantó rápidamente ocasionando que se tambaleara y casi cayera al suelo, de no ser porque se agarró a la pared.

Salimos de la casa y nos dirigimos hacia el coche de Lorcan, yo me senté en el asiento del copiloto y Jane se tumbó en la parte de atrás del coche. No había mucho camino así que no tardamos en llegar a casa de Jane, Lorcan la ayudó a bajar del coche y me indicó que esperase en el coche hasta que él llegase, minutos después volvió y nos fuimos en dirección a mi casa. En todo el trayecto me sentí rara, había un peso en el ambiente que nunca había sentido con nadie, lo achaqué al alcohol pero no podía pasarlo por alto. Estuvimos callados todo el camino, cuando llegamos paró en frente de la puerta de mi casa, no quería salir de ese coche, por fin estaba a solas con él y me sentía bien, aunque los nervios se apoderaban de mi cuerpo. Él rompió el silencio por fin.

—¿No quieres bajar?—me miró divertido.

Solté una pequeña risa pero me mantuve en silencio. Al ver que no le contestaba, puso su mano sobre la mía en el apoyabrazos del coche y me sonrió.

—Yo tampoco quiero que te bajes del coche.—dijo tomando mi mentón para que lo mirase a los ojos.

—Estoy agusto contigo, aquí.— intenté reprimir una sonrisa.—Sé que sonará estúpido pero...

No me dió tiempo a acabar la frase cuando sentí sus labios presionados contra los míos, desprendía una calidez que nunca antes había sentido con nadie, estábamos sincronizados. Era mucho mejor de lo que podía haber imaginado nunca.

A causa de la sorpresa me alejé un poco, miré sus labios enrojecidos por mi labial y lo miré a los ojos de nuevo, desprendían lujuria pura, no me pude resistir y me abalancé contra él otra vez.

Los siguientes meses fueron como un sueño, yo parecía una niña tonta a punto de caer en la tentación de enamorarse de el chico popular. Cuando quedaba con Jane y esta se iba, Lorcan venía a recogerme en su coche y nos íbamos a hacer planes de pareja por ahí, aunque no fuéramos nada serio en realidad. Paseábamos por la ciudad, íbamos a cenar, veíamos películas en el cine... parecía de cuento. Hasta que, reflexionando, caí en un pequeño detalle; Jane y yo teníamos un juramento desde pequeñas de que su hermano era intocable. Ahí empecé a replantearme si merecía la pena seguir, si merecía la pena que Jane supiera que había traicionado su palabra, y lo peor, si merecía la pena una discusión y un enfado por parte de ella por un chico. Así que decidí lo que cualquier mejor amiga hubiera hecho, me alejé de su hermano a toda costa y cuando me preguntó, le dije que estaba pillada por otro hombre para que me olvidase.

No sé si le llegué a herir, Jane nunca se enteró de esta pequeña historia de amor que duró demasiado poco para ser real, y que hubiese deseado que durase mucho más tiempo. Me sentía sucia al haber traicionado a la que era y sigue siendo mi mejor amiga, así que corté todo de raíz.

Corté algo que nunca debió haber empezado.

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Siento muchísimo la tardanza, he estado de exámenes hasta arriba y no podía hacer absolutamente nada.

♱♱

¿Que os está pareciendo este nuevo personaje, Lorcan?

Aprovecho para contar que en este periodo de inactividad me leí Mi Desesperada Decisión y Heist, me faltan 48 paginas para acabar este último. Por favor no hagáis spoilers jajajaj.

Gracias por esperar y por esas casi 2k de visitas,
M<3

Prisionero De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora