Capítulo 7

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Miré detenidamente alrededor y en el interior del sobre, no había nada adjunto tal y como él decía en la carta. Me sentí rara, un escalofrío me recorrió el cuerpo de arriba a abajo y se me erizó la piel, mi subconsciente percibía un mal presentimiento. No sabía ni como responder, una parte de mi quería gritarle que sentía cosas, que no podía explicar, hacia él, pero por otra parte sentía que me rechazaría y dejaría de escribirme.

Pero bueno, la vida es una.

Así que me fui a mi habitación y me senté frente al escritorio para empezar a redactar.

Adler,

Perdona por la ofensa, es que no es mi rutina diaria hablar con un convicto acusado de tráfico de drogas, ¿sabes? No te preocupes por ese modo filosófico, todos lo tenemos, y a mi me pones a reflexionar y a pensar sobre lo que dices. Me encanta que te pongas en ese plan. Yo también siento una curiosidad infinita por saber de ti, de tu vida y de como estás, por eso también me fastidia que las cartas tarden media vida en enviarse. Me arrepiento de insinuar que esto era un entretenimiento, estas siendo una parte importante de mi rutina ahora mismo, nunca quise referirme a ti así, obviamente no eres un pasatiempo y yo también deseo que esto dure mucho. Estoy estudiando psicología, esa es una de las razones por las cuáles te escribí, quería comprender tu mente. Pero esa idea está descartada ya que no estás demente, ni un psicópata, y tu cerebro funciona normal y como el de casi todo el mundo. Antes de ir a la parte importante de esta carta quería aclararte que me he creído eso de que has enviado algo adjunto, no había nada. Ahora sí, lo que más relevancia va a tener esta carta. Mi mejor amiga y yo nos liamos en una fiesta, gracias a un reto, y desde ese día empezamos a quedar, como siempre, pero cada vez que venía nos volvíamos a liar y pasaban cosas. El problema vino después, ella empezó a tener un sentimiento más fuerte hacia mi, el cual yo no correspondía y tampoco me entusiasmaba la idea de hacerle daño, ya que ella no está pasando por una buena época. Y ya está, yo no la correspondía porque empecé a sentir cosas por otra persona, yo preferiría que todo volviese a ser como antes.

Besos,
Marie.

Me recosté en la silla después de escribir la carta, estaba nerviosa pese a saber que la respuesta sería de esperar y tampoco lo conocía lo suficiente como para saber como iba a reaccionar. Mi cerebro se auto convencía de que le iba a dar igual que hubiese confesado mis sentimientos, aunque el no supiese que él era esa persona, pero mi corazón me decía que se iba a preocupar y que me correspondía.

Ahora solo me quedaba esperar a su respuesta.

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Holaa! En el anterior capítulo no puse comentarios al final ya que se me olvidó xd, pero bueno, ¿que os esta pareciendo?

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Este capítulo es cortito ya que en nada va a salir una sorpresa que me habéis estado pidiendo algunos de vosotrxs.
¿Que creéis que es?

Ya llevamos más de 1k de lecturas, os quiero muchísimo.
Gracias por leer <3.

Prisionero De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora