capítulo 8

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Yo juraría hacer cualquier cosa

Por ser su dueño

Por ser tu dueño,

La llegada de los mellizos Adler a la casona de la viña de los Moriarty fue bastante "animada" pues sacaron sus guitarras de sus estuches y comenzaron a tocar una serenata a William pues querían molestar a Sherlock.

-Sus ojos son de color de las piedras preciosas, como un bello par de rubís ~

-Su cabello es del color del sol~

-No sé porque les conté de Liam- se lamentaba Sherlock, pero no podía hacer nada para detener a sus dos amigos quienes estaban dando un gran espectáculo para todos los visitantes presentes

-Y entonces querida avecilla dorada ¿quisieras quedarte con nuestro Sherly? - dijo Bond mientras observaba directamente a William que se encontraba mirando un poco incomodo toda la escena, pero sonreía amablemente

Una vez que aquel par termino su canción Sherlock se los llevó rápidamente al interior de la casona. Se disculpó con William rápidamente, pero este le dijo que no había ningún problema y solo para molestarlo le dijo que se sentía honrado por sus sentimientos, pero que no los podía aceptar. Aquello hizo que el detective se sonrojara furiosa e igualmente se desanimara un poco ya que una parte dentro suyo realmente quería que el rubio lo considerará como una posibilidad de pareja.

Una vez dentro de la casona se toparon con Mycroft quien choco puños con Irene y Bond quienes también eran sus amigos. Pues después de que empezaran a frecuentar a Sherlock inevitablemente terminaron por conocer al jefe del servicio secreto. Los tres se llevaron bien inmediatamente, aunque el helado de alta calidad tuvo mucho que ver también. De vez en cuando Sherlock se topaba con que los mellizos habían salido con su hermano mayor a una salida solo ellos tres. Aquello no lo molestaba mucho y de hecho encontraba divertido que el gran y estoico Mycroft hiciera de niñera de aquel par.

-Hey ¿cómo está mi par favorito? - les dijo Mycroft mientras despeinaba las cabelleras de ambos.

-Bien Mycky, ya estamos más grandes y sigues despeinándonos- dijeron ambos un poco avergonzados por ser tratados como unos niños.

-No pudo evitarlo, son mis queridos bebés, ¿recuerdan que casi hicieron un berrinche cuando solo quedaba uno de sus juguetes favoritos en ese restaurante familiar al que fuimos la otra vez?

-Supimos compartir la custodia de Tommy- les dijeron ambos mientras rodaban los ojos.

-Por eso estoy tan orgulloso de ustedes, bien hecho.

- ¿Mycroft no crees que es mejor que vayamos a preparar las cosas para la estadía de estos dos?

-Cierto, que le avisaste a Albert, como él está ocupado por el momento yo se las mostrare. Ahora ve con William, vi que se sintió muy incómodo con la serenata- mientras miraba filosamente a aquel par quienes dieron un respingo y Bond se escondió detrás de su hermana mientras ambos temblaban.

-creo que regañaran a un par de rubios- pensó con diversión Sherlock a la vez que se dirigía a la entrada

Allí se encontraba William aclarando las dudas de los visitantes que creían que realmente tenía algo con el violinista que había venido a la viña hace poco más de un mes. Entonces una vez acabo de decirle a una mujer que planeaba seguir soltero pudo voltear a ver a Sherlock quien se veía bastante arrepentido.

-Está bien, tus amigos solo estaban jugando- lo tranquilizó William con una sonrisa cuidadosamente ensayada.

- ¿Y si no fuera un juego? -murmuró Sherlock

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