capítulo 11

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Se detiene el tiempo

Me viene el alma al cuerpo

Ya habían pasado varios días desde que ambos se convirtieron en una pareja y tanto William como Sherlock se encontraban disfrutando de un pequeño picnic bajo los viñedos como se había hecho su costumbre después de que ambos comenzarán a salir. El hombre de cabellos oscuros había recargado su cabeza en el hombro del rubio mientras este le contaba acerca de varias cosas interesantes que había estado leyendo últimamente. Le contaba acerca de los personajes de las obras de Shakespeare y como estos le recordaban su infancia al lado de su hermano menor. No le había contado todos los detalles de aquello pues en realidad todavía sentía un poco de vergüenza por su actuar.

Aunque sabía que Sherlock era consciente de varios detalles de la historia como lo de las cartas, todavía no quería relatarle como habían sido los hechos. Su novio era muy comprensivo así que no lo presionaba con el tema.

Sherlock también le contaba acerca de los casos que había resuelto allá en gran bretaña como aquel en que en una intrincada artimaña que involucraba el rojo color del cabello termino por descubrir el intento de robo perpetrado por un criminal.

Igualmente, el violinista le contaba acerca de sus progresos en la composición de nuevas melodías. E incluso lo hacía participe de sus ensayos, pues fue una sorpresa que William supiera un poco de piano y se lo demostró cuando fueron a ver a uno de los niños que pescó un pequeño resfriado. En esa ocasión había un piano en la casa del chico en cuestión y el rubio no pudo evitar tocar algunos acordes. Por lo que Sherlock se emociono y le dijo que podían tocar un dueto pues de casualidad traía consigo su violín. Así que el niño se mostró completamente emocionado por escuchar a ambos hombres tocar juntos.

Ahora seguían comiendo un poco de queso mientras bebían vino de una de las mejores botellas cortesía de Albert

- ¿Te irás de aquí cuando acabe la temporada? - le preguntó William al otro con una opresión en su pecho.

-Debo volver a mi vida allí, John me extraña y yo también tengo cosas que hacer por allá.

-Ya veo- dijo con desanimo William pero que logró esconder casi a la perfección con una sonrisa fingida.

-Sabes que no me gusta que hagas eso – le dijo mientras acunaba el rostro del otro.

-Ni siquiera llevamos un mes de novios y ya tenemos que separarnos- mientras suspiraba

-No Liam, no es necesario separarnos

- ¿Pero tú no te irás? - mientras levantaba una ceja con incredulidad

-Por supuesto que sí, pero quiero llevarte conmigo- le dijo con convicción

-Yo no sé que decir- dijo mientras una pequeña sonrisa de alegría se comenzaba a formar en su rostro.

-Solo tienes que decir que sí.

-No lo sé, tengo que pensarlo, he vivido mas de tres años aquí y no sé si pueda acomodarme nuevamente a la vida de Londres.

-No te preocupes tengo un departamento muy cómodo y un buen Wifi para que puedas hacer videollamadas con Albert y más adelante con Louis.

Entonces Sherlock se dio un golpe mental por haber mencionado al hermano menor de su novio, pues creía que este se sentiría incomodo por aquello. Sin embargo, este hizo algo inesperado y pudo sacarse la opresión del pecho pues tímidamente comenzó a contarle acerca de su hermano.

-Creo que ya sabes un poco de la historia pues escuchaste un poco de nuestra conversación la otra vez.

-Lo siento por eso.

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