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Diego Lainez

Eran exactamente las doce de la noche y yo puedo ver como las luces de la casa de mi amada se apagan, aprieto el volante con mis manos al ver por la ventana de su habitación a Sebastián acariciar los brazos de Emma, ruedo los ojos al ver como se paraba a apagar las luces de su habitación. 

Había terminado de hablar con Emma luego de nuestra discusión cerca de la cafetería en donde se encontraba, de hecho yo no tenía intenciones de encontrarla en ese lugar, simplemente había discutido con mi esposa y recordaba la cafetería en donde solía ir cuando era un adolescente, encontrándome la bella sorpresa que ella se encontraba tomando un café, sola. 

Seguía hermosa, como la última vez que la vió, el ultimo día, el día en que la abandono.

Los dos teníamos un caracter fuerte, y podíamos discutir mucho, al principio no tenía intenciones de acercarme a ella pero luego de lo que me dijo mi ex suegra, me habían quedado con unas cuantas dudas. 

Y tenía que descubrir si esa niña que tanto hablan era su hija, tenía que saber su edad para hacer sus propias cuentas, y saber si tenía una hija.
Quería intentar todo de nuevo. Y si resultaba cierta su sospecha, haría todo lo posible por comenzar de nuevo todo lo relacionado con Emma y su hija.

Al ver que ya nadie encendía una luz suelto un suspiro para encender mi auto y sabía justamente a donde ir a conseguir respuesta, e iba a pedir perdón por ir hacer escándalo a estás horas, pero necesitaba respuestas inmediatamente. 

La botella de licor que había comprado se había acabado, ruedo los ojos para colocarla en el asiento del copiloto.

"¿Donde estas?, ¿te fuiste del hotel?"
12:14 am.

"Dormiré con mi familia, descansa estaré contigo por la mañana."
12:20 am.

"Con cuidado, te amo mucho."
12:21 am.

Que Dios tenga misericordia de mi por mentirle a mi esposa, pero necesitaba respuesta, necesitaba saber si mi ex novia era capaz de mentirme, si era tan maliciosa, si me estaba ocultado a mi hija. 

Dejo mi celular en el asiente trasero del auto para poder girar el volante en dirección a la residencia de mis padres dónde Mauro se estaba quedando estás vacaciones, y era claro que estaría a oscuras, eran casi las doce y media de la noche, y rogaba que mi madre me  mandara a la mierda por lo que estaba apunto de hacer. 

El portón de la residencia se cierra luego de entrar, salgo del auto para correr hasta la casa, meto mi mano en mi pantalón para sacar la llave, enciendo las luces cuando me adentro a la casa. 

— ¿Pueden explicarme por qué carajo se siguen viendo con Emma Laurent?

Grito, ruedo los ojos al no obtener respuesta. 

— Lo siento por venir a interrumpir su maldito sueño, pero necesito respuestas, y ustedes tienen que dármelas.

— ¿Qué te sucede Diego?, despertarás a Mauro y Pau.

Mamá y papá son los primeros en bajar, pero mis padres no sabían nada de esto. 

— Necesito que mi hermano baje.

— Es más de media noche, debes de irte cariño, estás borracho.

Mamá se intenta acercar a mí, se lo impido. 

— ¡Con un demonio, baja de una puta vez! Necesito respuestas, ¿O quieren que vaya a la casa de Emma? No quiero arruinarle el sueño a una niña.

over again | diego lainezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora