Cerca de un paseo

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El rostro de sorpresa de aquel Lan era gracioso de ver, sus ojos se habían abierto de par en par mientras sus movimientos se habían pausado.

-Entonces, si no me equivoco, con estas reglas terminadas ya puedo salir de Gusu por la tarde y volver antes del toque de queda, ¿No es así? —La sonrisa triunfante de la rubia era bastante fácil de notar.— Si es así, solicito autorización para salir de Gusu mañana para acompañar a los jóvenes Lan SiZhui y Lan JingYi

-Pero no sabemos como reaccionara al salir después de estos meses donde actuó tan inadecuadamente —Un chasquido interno fue soltado por Helena, parecía que aquel señor no quería dejarla ir.—

-Gran Maestro Lan —La joven no se dejaría.— Yo ya cumplí con la parte del trato donde debía entregar las reglas, además de que si se niega a dejarme ir en contra de mi voluntad será considerado como un secuestro, no creo que eso quiera hacer entender usted al resto de discípulos, y que tomen esta situación como mal ejemplo en su futuro

-Tú... —La voz levemente alzada hizo sentir a la joven triunfante.— Si algo ocurre mañana con ellos las reglas no serán el único castigo que obtendrás

-No se preocupe, seré como una mamá gallina con sus pollitos y... —La chica pensaba que esto debería decirlo el líder pero ella estaba involucrada así que debería informar.— También quería decirle que dentro de tres días iría al Qinghe con ZeWu-Jun, pensé que también yo debía decirle esto

-Estuve enterado de ello, ayer Xichen me contó sobre aquella planeación, no se qué habrá pensado él al proponer y aceptar tal plan pero si el viaje te ayuda en salud y aprender más entonces la prohibición de que salgas de Gusu es revocada

Ante aquellas palabras Helena no pudo evitar dejar escapar un pequeño gritillo de emoción.

No solo saldría de aquel lugar para acompañar a los pequeños Lan en el pueblo a las faldas de aquella montaña, sino que, también saldría a un lugar tan lejano que, aunque el nombre se le olvidó, podría ser emocionante.

Ya no había algún otro tema que tratar con aquel maestro Lan así que la joven dio una leve, y casi, buena reverencia hacía el mayor de aquel lugar retirándose así frente a él con tranquilidad, fue hasta que dobló la esquina de la puerta del lanshi

Unos pasos medianamente rápidos y emocionantes se dirigían hacía la parte donde estaba la cascada de aquel clan, viendo dos túnicas blancas iguales pero totalmente indistinguibles.

Aquellos jóvenes se encontraban mirando el agua, mientras hablaban un poco sobre esta y dando frases relacionadas al agua y la vida, con enseñanzas dadas en sus salones de clases.

Tan rápido como escucharon pasos acercarse hacia ellos alzaron su mirada, uno sonriendo con levedad y el otro con más libertad al saber de quién se trataba.

-Chicos, tengo buenas noticias —Helena no podía esperar por ver los rostros de emoción de aquellos chicos cuando sepan que pronto podrán salir los tres.—

-Señorita Mei, camine con cuidado que podría tropezar por las rocas —Una sonrisa más grande apareció en el rostro de la joven.—

-SiZhui eres tan amable, tu esposa será bastante feliz... O espo... —Tras pensar lo que diría se quedó callada y negó varias veces, tal vez era un tema que por la época no se trataba.—

Ambos menores quedaron dudosos ante la última palabra incompleta de la rubia pero como está no hablo mas de ese tema decidieron dejarlo pasar.

-¿Qué es de lo que quería hablarnos, señorita Mei?

-Cierto, el Graaan Maestro Lan me ha dado la oportunidad de poder salir con ustedes el día de mañana —Tras aquellas palabras ambos jóvenes se emocionaron.—

Nueva vida después de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora