Siempre dije a mi mamá que mi suerte con las amigas estaba más que echada. Un total mal augurio.
Desde la primera niña que consideré como tal y me cambió por alguien mejor en todo, hasta mi etapa al terminar la secundaria. Pero a eso llegaré más adelante. Por ahora, iré al inicio de mi verdadera falta de confianza en las amigas.
El segundo día de clases en la secundaria, hubo una niña que no conocía, pero realmente consideraba mejor a aquella desconocida que al chico que me tocó de compañero de mesa. El chico estaba muy nervioso y hablaba hasta por los codos, por más que le mandaran a callar, seguía de papagayo.
Pronto aquella niña terminó siendo mi nueva compañera cercana. Me caía bien, aunque era un poco -en exceso- coqueta con los chicos. No le tomé importancia, me propuse intentar aceptar a mis nuevos amigos con todas y cada una de sus personalidades. Hasta ese momento, la chica seguía siendo un misterio. Luego supe que ella se había desmayado el primer día del curso, así que por eso no la vimos. Dayana era su nombre, simpática y muy conocida porque su mamá era profesora del Instituto cercano.
Sólo había pasado un año, éramos inseparables. Sus abuelos, hermano mayor y mamá me conocían y mi familia también a ella. Salíamos juntas y hacíamos locuras por los chicos mayores. No muchas, sólo las propias de la edad como escabullirnos en medio de un paseo cerca de donde jugaban futbol o verles a escondidas. Nos ayudábamos a ocultar esos secretos que no queríamos que otros supieran. Conquistábamos a los chicos y nos decíamos todo.
Creo que ahí comenzó a romperse nuestra relación amistosa.
Luego llegó otra chica, Any, la cual sumé a nuestro pequeño grupito de dos. Era el segundo año de secundaria. Una verdadera y total locura. Auge de conocimientos abarrotados, queriendo nosotras comernos el mundo con lo poco que descubríamos en clases de biología y los chismes confidenciales de los varones que se volvían nuestros amigos.
La experimentación a ciegas nos llevó a tener grandes fracasos. A actuar erradamente a expensas de los sentimientos de la otra compañera.
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Whispers: People Don't Know How It Feels
Nouvelles~Susurros: La gente no sabe cómo se siente.~ Y no se detienen, a mi alrededor, a mis espaldas. A mi alrededor y en los lugares que consideraba de confianza. ¿Confiar? Es para quien crea que hay algo que vale la pena en una persona ajena. No se hizo...