Hablar.

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"Nunca ignores el esfuerzo de una persona que quiere quedarse contigo. . . No todo el tiempo le importas a alguien."

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Kagome atravesó la puerta llena de ansiedad. Sesshomaru siempre había sido una persona demasiado hermética, estaba aterrada por cómo reaccionaría al verle.

- Pasa. Siéntate, ¿Quieres tomar algo?

Kagome lo miraba sin parpadear, la actitud serena de Sesshomaru era . . .desconcertante. Lo miró más a detalle, estaba delgado, pero, algo en él se percibía diferente. No se veía cansado como la última vez que lo vio, ni siquiera sus facciones eran tan . . .duras. Se veía . . . Tranquilo y, muy guapo. No encontró otras palabras para definirlo.
Su semblante sereno y postura relajada no eran las de alguien que se prepara a pelear. No, más bien su actitud solicita y abierta le estaban brindado la confianza y la certidumbre que necesitaba con desesperación. Tomó asiento con calma, colocando su bolsa sobre las piernas cruzando los tobillos.

- Gracias. Agua está bien.

Sesshomaru se levantó para pedirle a su secretaria que trajése el agua y decirle que podía retirarse, sería incómodo que estuviera ahí y escuchara cosas que no necesitaba saber. Ya no iba mucho por la oficina, pero de vez en cuando revisaba las cosas, hoy, fue una casualidad el que kagome lo encontrase ahí.

- Por favor, Penélope, traiga agua y un té para mí, luego puede retirarse.

- Si señor. ¿Piensa quedarse?, quiere que le pida la cena?

- No, gracias. Es todo, no vendré en la semana, pero si te necesito te llamo.

- Está bien señor. Qué pase buenas noches.

Sesshomaru elevó un poco la comisura de su boca, le agradaba la chica, era muy eficiente y discreta.
Regreso a la oficina y cerró la puerta tras él. Penélope suspiro, era un hombre tan guapo e interesante. Ésta, era la primera mujer que recibía en todo el tiempo que tenía trabajando para él, y era muy bella. Penélope lo respetaba y admiraba muchísimo, por ser un padre ejemplar, un genio para los negocios y un hombre altruista. Jamás escucho de algún escándalo en su vida relacionado con mujeres . . . ella lo adoraba en silencio. 10 años de ser su secretaria eran bastantes, tenía tan sólo 20 años cuando entró a trabajar en su oficina, conocía varias cosas de su vida. Supo que tuvo esposa, pero jamás nadie la vio. Sabía también que era una persona íntegra y respetuosa que adoraba a sus hijos. Otro suspiro salió de su boca, recordando. Cómo olvidar aquella noche . . . Aún tenía el recuerdo de la suavidad y el calor de sus besos en los labios,claro, todo eso paso después de que enfermó hacia ya como cinco años.

Recuerdo:

Era casi la media noche, ese día su jefe se quedó hasta tarde resolviendo un problema. De hecho, ya tenía toda la semana saliendo a deshoras, pero ese día en particular ella se había quedado trabajando mucho más tarde, tenía papeles que le pidió mecanografiara, sólo faltaba su firma. Estaba terminando cuando, escucho un fuerte ruido proveniente de la oficina. Al entrar, se encontró al señor Thaisho en el piso, corrió para ver qué le había ocurrido aún y cuando suponía que era por el cansancio. Ya eran muchos días, y sospechaba que noches de trabajar sin descanso, estaba casi segura puesto que ella llegaba temprano y él ya se encontraba ahí. Lo reviso, estaba pálido y respiraba con dificultad, se apresuró a tratar de ponerlo cómodo, ella ni de chiste podría levantarlo. Primero, acercó un vaso con agua y las medicinas que tomaba de su escritorio, luego, trajo una toalla humedecida para pasarla por su frente. Se acomodó en el piso con su cabeza sobre sus piernas, pasándole la toalla por la frente, poco a poco fue reaccionando mientras le hablaba.

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