ESTÚPIDO

Capitulo V

Imágenes y canciones,
Todos los derechos a sus creadores.

©® Historia original con derecho de autor .

«» son pensamientos  del personaje  y situaciones.

Una disculpa por la redacción y la ortografía.

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Paso una semana antes de que Sesshomaru pudiera estar de pie durante más tiempo sin mareárse. Kagome no se separaba de su lado, le ayudaba a recostarse durante las tardes después de cortas caminatas por la playa, no volvieron a hacer el amor a pesar de que Sesshomaru trato de persuadirla, kagome no cedió. Claro que fué una tortura, sus sueños húmedos la hacian gemir durante las noches, agradecía que los medicamentos de Sesshomaru prácticamente lo noquearan. Poco a poco se restableció la rutina mejorándose satisfactoriamente. Dos semanas después Sesshomaru planeó una cena para celebrar su aniversario que para Kagome eran 8 años juntos. No tenía atuendos para la ocasión pues ya estaba muy avanzado el embarazo, Sango se ofreció a acompañarla a ir de compras, encontraron un vestido precioso estilo princesa con un precioso moño en la parte bajo los senos realzando sus ya enchídos atributos disimulando el vientre sin dejar de verse hermosa. Largo con una abertura al frente terminando en una pequeña cola. Cabello recogido dejando algunos mechones ondulados sueltos maquillaje natural de labios rojos realzando su blanca piel. Sesshomaru suspiro ante la imagen de sensualidad e inocencia con el brillo que sólo da la dulce espera.
Sessshomaru enfundado en un clásico traje de Armani corbata a juego con  el vestido de kagome. Estaba más delgado pero el traje enfatizaba el ancho de sus hombros y su atlética figura gracias a años de ejercicio diario, la enfermedad lo había afectado pero básicamente hasta el último año. Ella se veía hermosa con su barriga, la tomo de la mano y pasó un brazo por la cintura agachándose a darle un beso en la frente y otro en la boca cerrando los ojos ante la caricia Kagome se llenó del aroma viril a hombre limpio de Sesshomaru combinado con la loción que utilizaba, amaba su olor, un deja bu de un olor a pino y lluvia la transportó a unos fuertes brazos y un cabello negro entre sus manos, se recargo un poco en Sesshomaru pues la hizo jadear como si le propinaran un puñetazo en el vientre haciéndola tambalearse, mientras pasaba sentía que algo quería hacerse paso en la cortina imaginaria que ocultaba en su mente el recuerdo de . . . Inuyasha. Sesshomaru la sentó en uno de los sillones sin dejar de analizar los cambios en el semblante de kagome. Una lágrima bajó por la mejilla él la limpió con delicadeza.

— Te sientes mal? Nos podemos quedar en casa, pediré que nos traigan una cena especial. . .

La voz profunda de Sessshomaru la trajo de regreso a la realidad sin recordar ni estar segura de lo que pasó ni por qué aquella ansiedad le atenazaba la garganta. Pestañeó varias veces para contestar sin soltar el llanto.

— No . . . no pasa nada, un mareo pero está pasando. No quiero dejar esto para después es nuestro aniversario y no hemos salido en meses, me da gusto que estés más tiempo a mi lado pero es algo que quiero, por favor quiero estar contigo también fuera de aquí.

Sesshomaru no dejaba de observarla ni por un segundo creyó lo que le dijo vería como se comportaba con otras personas a su alrededor, algo le decía que su mente tenía algún tipo de recuerdos. Un dolor se instalo en el pecho de Sessshomaru « no, aún no, necesito más tiempo para tener a mis hijos en los brazos.» tendría que ir pensando en lo que diría si llegaba el día, no los perdería sin pelear. La levantó con delicadeza y salieron.

La cena había estado deliciosa, Kagome degustaba un pudin de chocolate y fresas, su mirada se desvío con disimulo a una mujer que no había dejado de admirar a Sesshomaru durante toda la noche con descaro y la tenía contrariada. Con enfado vio dirigirse a la mujer con un hombre hacia donde ellos estaban en el preciso instante en que Sesshomaru se inclinaba para quitarle una gota de chocolate con el pulgar, llevándoselo a la boca saboreándolo con deleite, el gesto fue muy sensual coloreando las pálidas mejillas de kagome y  produciendo una mueca de disgusto en la mujer que miraba la escena con celos.