Nota: Soy re tonta y nunca mencioné que Ophelia tenía un arma!!!, creo que lo dice solo en dos capítulos pero muy por encima (por ahora es una espada normal, nada raro) pero nunca la volví a escribir, hagan de cuenta de que siempre tuvo la espada y cuando tenga ganas y tiempo lo editaré jajajajaj
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────CAPÍTULO CATORCE:
OPHELIA
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(omnisciente)
El plan fracasó casi en el acto.
Piper avanzó gateando a lo largo de la cresta, procurando mantener la cabeza gacha, mientras Leo, Jason y el entrenador Hedge entraban directamente en el claro. Ophelia observaba todo desde la distancia, escondida tras una roca que cubría todo su cuerpo.
Jason invocó su lanza dorada. La blandió por encima de la cabeza y chilló: «¡Gigante!». Encélado dejó de cantar ante las llamas. Se volvió hacia ellos y sonrió, mostrando unos colmillos como los de un tigre dientes de sable.
—Vaya —rugió el gigante—. Qué bonita sorpresa.
Ophelia bufó mientras se aferraba al mango de su espada, a unos metros de distancia , vio como la mano de Leo se cerraba sobre el artilugio de cuerda y daba un paso a un lado, dirigiéndose poco a poco hacia la excavadora. Leo le dirigió a Ophelia una rápida sonrisa, indicándole que todo iba bien, y ella se concentró en el gigante. Habían acordado que, debido a sus poderes, era mejor si Ophelia era un factor sorpresa y trabajaba a la distancia. Cosa que no le agradó para nada a la peliblanca, por supuesto. No se consideraba muy buena peleando con su espada pero creía poder servirles de ayuda, sin embargo se quedó escondida, dispuesta a limitarse a invocar el miedo en su oponente e intervenir en caso de que la necesiten y sea de vital importancia.
—¡Suelta a la estrella de cine, yogurín grande y feo! ¡O te plantaré la pezuña en...!
—Entrenador —dijo Jason—. Cállese.
Encélado se echó a reír a carcajadas.
—Me había olvidado de lo graciosos que son los sátiros. Cuando dominemos el mundo, creo que me quedaré con vosotros. Me entretendréis mientras me como a los demás mortales.
