Sol y Luna [LUKANETTE+18]

CAPITULO 10

Aunque la respiración de Luka junto a la marea que rodeaba aquel barco donde viajaban estaba en calma; la mente del muchacho era un total caos.

Era pasada la media noche, y se supone que debería dormir. Pero no lo lograba.

¿Cómo su abuelo fue capaz de hacer algo así? ¿Toda una guerra por venganza? ¿Acaso Lucian esperaba que Luka continuara ese legado?

Recordó las palabras que su abuelo siempre le decía.

"Creer en un solar es como ser un sapo en agua hirviendo, al principio intentas amoldarte a ello, hasta que quieres salir pero ya no puedes porque gastaste toda tu energía"

Luka suspiró y se volteó en la cama para mirar a su novia. Marinette dormía plácidamente a su lado, notó que le había dejado una marquita a un lado de su cuello, cosa que le hizo sonreír.

La joven lo convenció de tener una sesión de placer carnal con sus manos y boca. En un intento para distraerlo de su dolor interno. Cosa que funcionó de momento, pero que ahora con total silencio volvía a su mente.

Su abuelo no lo dejaba convivir con solares, por eso jamás comprendió por qué aprobó a Félix.

Se sentía en total decepción. Lucian había sido su figura paterna ya que nunca conoció a su padre. Todo lo que el príncipe conocía y era se lo debía a ese hombre.

Volvió a mirar a Marinette. No. Él nunca la lastimaría.

Suspiró y dio una vuelta nuevamente en la cama tratando de buscar una posición que le ayude a descansar. Se dio la vuelta haciendo que tal movimiento despertara a la joven a su lado.

Marinette se sentía sumamente preocupada por su prometido, sabía lo importante que era su abuelo para él. Fue quién lo crió y le enseñó todo. Inclusive a matar.

Sabía que el azabache no le haría nada, ya había tenido la oportunidad de hacerle daño y en su lugar le dio su amor y volvió a infundirle la confianza que había perdido hace tiempo. Luka le ayudó a salir de su agujero, era el turno de ella de estar a su lado y apoyarlo.

Él le daba la espalda, por lo que se acercó y con uno de sus brazos lo rodeó mientras apoyaba su frente en medio de sus omóplatos y aspiró su olor a canela.

- Amor, debes dormir. - habló la princesa.

- No puedo.

- ¿Quieres que te busque algún té? - ofreció la menor, a lo que el príncipe negó.

Se dispuso a acariciar su pecho con la mano que lo rodeaba. Quería hablarle y aconsejarle, pero no hallaba las palabras. Se recriminó por ello, Luka habría encontrado la manera de consolarla ¿Por qué diablos no podía hacer lo mismo?

Suspiró.

- Mari, puedo ser un peligro para ti. - afirmó el heredero, cosa que confundió a la azabache.

Marinette lo pensó por un momento y de la nada comenzó a reír a carcajadas. Se separó de Luka posicionándose de espaldas al colchón intentando aplacar su risa, cosa que se le hacía difícil.

Ahora Luka era quién no entendía.

Se volteó mirando a su novia, quien no paraba de reír. Frunció el ceño. ¿Su molestia le divertía?

- ¿Qué es tan gracioso? - preguntó ofendido.

Marinette negó con la cabeza mientras poco a poco dejaba de reír. Suspiró y de un movimiento se subió ahorcadas sobre el príncipe.

- ¿Cómo puedes decir que eres peligroso para mí? - preguntó mientras se inclinaba para acariciar con profundo cariño el rostro de Luka - Amor, de no ser por ti posiblemente me habrían matado hace tiempo. No eres una persona peligrosa. Por favor, no pienses eso.