Sol y Luna [LUKANETTE+18]

CAPITULO 4

Luka observaba a la princesa dormir desde su asiento. Ella había llorado muchísimo en sus brazos, temblaba y sollozaba. Y no era para menos. Quien sabe que estarían haciendo con ella en este momento si él no hubiese aparecido.

Estaba cansado. La búsqueda de Roth fue un fracaso, las huellas se desvanecieron y perdieron su pista, estuvieron toda la noche en esa excursión en vano. Sin embargo no podía evitar pensar en que la fuga del malhechor y este ataque no podía ser una coincidencia.

Cuando llegó al castillo pasó por la cocina como es su costumbre para rebuscar algo de comer, pero al dirigirse a su habitación se encontró con aquel maldito ser que pretendía llevarse a su prometida. El primer reflejo que tuvo fue sacar la daga que siempre llevaba en su cinturón y acabar con el malhechor.

Soltó un suspiro y se frotó el rostro con sus manos. Sus ojos contemplaron la figura de la azabache. El camisón no ocultaba mucho, era una cosa bastante menuda, era la primera vez que la veía con el cabello suelto, de esta manera se veía más joven, estos se encontraban esparcidos sobre la almohada dejando su rostro descubierto; aquel rostro hermoso que siempre mantenía una expresión de seriedad se encontraba relajado, sus ojos cerrados dejaban ver esas largas pestañas que los adornaban, su respiración era calmada y constante según el movimiento de su pecho. Y esos labios rojos que tanto lo tentaban estaban entreabiertos con las comisuras hacia abajo en un deje de tristeza.

El príncipe se sentía muy mal por ella, su reacción fue común pero tenía la sensación de que había algo más ahí. Sus ojos nerviosos intentaron comunicarle algo que no supo captar.

Quería irse a dormir, resolvería e investigaría todo este embrollo por la noche. Pero no quería dejarla sola. Así que tomó una decisión.

Con mucho cuidado tomó a la joven en brazos. La llevaría a su cuarto, Kagami sabría que hacer al conocerla mejor; tenía la sospecha de que no sería bien visto por ellas que él duerma junto a la princesa.

La azabache era súper liviana, no le costó levantarla. Más bien en su pecho floreció un instinto de protección, él no dejaría que nada la dañase.

Al salir de la habitación donde se habían resguardado se percató de que había guardias corriendo de un lado a otro haciendo inspecciones y buscando pistas. Les lanzó una mirada de enojo. Ya les daría su castigo en la noche, ahora solo quería irse a descansar.

La joven inconsciente en sus brazos es bastante bajita y delgada, por lo que su peso no era problema. El trayecto a su habitación fue rápido, estaba apurado por irse a dar un baño e intentar dormir. Se sintió enternecido al observar y sentir como Marinette se acurrucaba en su pecho y lanzaba un suspiro placentero, una de sus manos se posó en su pectoral izquierdo en un gesto de comodidad.

Habían pasado muy pocos días de conocerla, pero admitía que estaba desarrollando sentimientos hacia ella. Esa mascara de indiferencia y seriedad ocultaban algo más, y él quería descubrirlo.

Sí, él ya había tenido sus romances con otras mujeres; pero Marinette representaba un reto. En sus relaciones anteriores, que no fueron nada serias, estaba la sombra de su poder político, el sueño de la mayoría de las mujeres es ser una princesa o una reina, por lo que su título tendía a tener más peso que él. Pero la ecuación había cambiado, ahora estaría con una princesa, lo único que él tenía para ofrecer que ella ya no tuviera era a sí mismo, por lo que se esforzaría a por lo menos caerle bien.

Llegó al cuarto de la chica y como pudo abrió la puerta. Al entrar se percató que su compañera se había levantado de su cama de un sobresalto, pero al percatarse de lo que ocurría se acercó rápidamente, ocultando el cuchillo que tenía el cual Luka no logró divisar.