Luka yacía acostado boca abajo en el suelo, ya que le era más sencillo respirar de ésta manera.
Él sabía que había pasado aproximadamente tres días encerrado en aquella habitación. Lo sabía porque sus frascos de veneno se habían acabado hacía rato.
Sus muñecas estaban magulladas, la sangre seca las cubría. Había halado y retorcido aquellas esposas que lo retenía con todas sus fuerzas, pero éstas no cedieron. Manteniéndolo en su lugar.
Sus captores lo alimentaban con frecuencia, realmente parecía que no buscaban hacerle daño, pero igualmente estaba condenado a morir asfixiado si no ingería veneno pronto.
Se sentía patético. Se había vuelto mitridatizo para evitar que el enemigo pudiera matarlo a través del envenenamiento, pero él mismo se había atado una soga al cuello con aquella práctica.
Su desesperación no menguaba, no mientras no supiera nada de su Marinette. Había preguntado y amenazado por ella cientos de veces, pero nadie le respondía nada de lo que preguntaba.
No quería pensar en la traición de Félix, no le quedaba mucha energía y pensar en el rubio sólo le daba ganas de matar algo o romper cosas. No podía permitirse gastar energía.
Sin embargo tampoco podía evitar el dolor que sentía por aquella traición. Era su mejor amigo ¿Cómo pudo venderlo así? ¿Sus ridículos celos lo habían llevado a esto?
Además, Félix decía que lo amaba. Eso sólo empeoraba las cosas.
Debía encontrar la forma de salir de ahí.
Una tos surgió de él.
Sabía lo que significaba.
Su pecho se estremeció en una convulsión. Le ardía el interior de su cuerpo.
Iba a morir de la forma más estúpida que había.
Pensó en su madre y su hermana. Esperaba que salieran bien libradas del conflicto que se avecinaba.
Y pensó en Marinette, en lo mucho que se culpaba de haberla puesto con el enemigo en aquel carruaje. Estaba la posibilidad de que ella ya lo estuviera esperando en el otro mundo.
Cerró los ojos. Aceptando su destino.
De pronto la puerta de su lugar de encierro se abrió con fuerza, seguido de pasos apresurados que se acercaban a él. Luka apenas y le prestó atención.
Unos brazos fuertes lo sujetaron por debajo del cuello para alzarlo e inmediatamente volcaron un frasco con líquido por sus labios. El príncipe detectó el sabor del amoníaco en su boca.
Logró abrir los ojos, aún nublados, y observó la silueta de Félix sobre él, notando la preocupación en sus ojos. El azabache quiso apartarse, pero no tenía la fuerza para eso.
Después de un rato Luka se sintió mucho mejor, al menos ya no se le dificultaba respirar. Félix había tomado distancia, y evitaba mirarlo a los ojos.
La confusión se deslizó en los pensamientos de Luka. ¿Por qué Félix lo salvaría? Ahora era su enemigo. Había olvidado que el rubio era la única persona además de Marinette que conocía su práctica mitridatiza.
Luka se concentró en respirar, tratando de ignorar la presencia de Félix. Pero al pasar los minutos no pudo soportar su rabia contenida.
Se abalanzó sobre Félix cayendo ambos al suelo. El príncipe logró propinar un par de puñetazos en el rostro del rubio antes de que éste lograra quitárselo de encima y alejarse. El azabache logró divisar que en el cinturón de su captor están las llaves de sus cadenas y de la puerta, se le ocurrió derribarlo para así poder tomarlas y escapar.
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Sol y Luna [LUKANETTE+18]
FanfictionDos reinos en guerra han llegado a un acuerdo. ¿Cuál es el verdadero motivo por el comienzo de la misma? Es un misterio. ¿Y por qué la paz se obtendrá de ésta manera? Lo averiguaran *Historia completamente original. *Los personajes pertenecen a la...