—Vladimir.
¿Cómo podría alguien estar en una relación que no tenga ni una pisca de amor? ¿Cómo podría acaso llegar a pensar en casarse con una mujer que simple vista no te quería más que por unos minutos de fama y dinero? Lo más importante, ¿Por qué estaba yo en ese tipo de relación con Anastasia? Era complicado, ella era un ancla para no caer en el declive, no quería estar solo nunca más, porque conocía lo que pasaba en mi soledad y ella hasta entonces era mi compañía, pero eso... bueno eso había cambiado, justamente esta mañana antes de que ella apareciera con una sonrisa falsa en los labios y luego con conversaciones que aparentaban preocupación.
Mis ojos la detallaron mientras no paraba de hablar sin dejarme siquiera replicar, parecía una locomotora. Era una mujer hermosa, de cabello largo y ojos claros, sus piernas eran casi infinitas y sus curvas delgadas, definitivamente era lo que cualquier hombre podría desear, pero yo no. Ya no más.
La había conocido de un momento a otro, en una reunión, ahora eso me parecía lejano. Ambos congeniamos, éramos buenos en la cama y nos llevábamos medianamente bien fuera de ella, no había discusiones, no tristezas, ni rencores, solo una soledad avasallante y yo estuve de acuerdo con eso por mucho tiempo, sin embargo, sentía que mi vida estaba cambiando y que ella solo era el daño colateral que yo dejaría a mi paso. Nada caballeroso, lo sabía, pero peor sería continuar una relación que desde el principio auguraba mal.
Porque sí, eso era lo que auguraba esta relación, un final descarrilado; un matrimonio sin amor conduciría a un destino fatal. Crear una familia en base a las pretensiones y falsedades. No había forma de que esto saliera bien.
Teniamos deseo distintos. Yo queria una familia, ella no lo queria porque es modelo y desea conservar su figura, y respetaba eso. No quiero implantarle mis decisiones, pero ahora veo que son temas como esos los que nos mantienen distantes en cierta forma.
Cuando uno nace de una mujer que te deja abandonado y un padre que no te quiere, cuando has sido adoptado por un matrimonio que te brinda bienestar y te da un hermano para que te cuide, aprendes a preciar las cosas buenas que te puede regalar la vida, los momentos felices, los reflejos de un amor cálido y cuando conoces eso, luego de solo tener miseria a tu alrededor, no estás dispuesto a tener menos, porque sabes que la felicidad se siente dulce entre tus labios; no quieres probar el amargo sabor de la desolación.
Mis ojos van a ella una vez más y mientras la veo hacer ademanes con las manos y parafrasear sobre cosas que no llegan a mi cerebro solo puedo pensar en porqué he tardado tanto para finalizar esto.
¿Por qué deje que las cosas llegaran tan lejos?
Porque soy un canalla sin remedio, llene de ilusiones a quien no debía y ahora debía cargar con las consecuencias.
El recuerdo de otro rostro rubio, me hace rememorar cómo se siente estar vivo, ese lametazo de éxtasis y alegría que rodeaba mi corazón, mientras ella me observaba con sus grandes ojos marrones con chapas verdes.
Avellana brillante y olor a coco con vainilla.
Kira era ese tipo de alegría que necesitaba en la vida, cuando la conocí lo sentí, era una unión parental, pero ahora... vaya, ahora todo era distinto a esa vez. Las emociones eran distintas, se sentía más intenso, cálido y rejuvenecedor, no me sentía como una cascara vacía, ni solo aun estando acompañado por Anastasia y como si la vida quisiera empujarme a tomar la decisión que estaba a punto de tomar, la puerta de la habitación fue tocada de manera sutil pero concisa.
—Pase — susurro Anastasia mientras estaba junto a mí, muy cerca, pero a la vez se sentía tan lejos y fría, pero cuando una cabeza rubia se inclinó detrás de la puerta, lo sentí. Esa emoción contenida en mi estómago, estaba lejos, pero se sentía tan dentro de mí que era enfermizo.
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Tócame (COMPLETA ✔)
RomanceNunca, pero nunca, desees a la hija de tu hermano adoptivo, pero sobre todo no la lleves a la cama. *** Vladimir Antonov sabe que no puede tenerla, que no puede poseerla y menos desearla, ella es lo único que le queda, luego de que la vida se encar...