No podías creerlo. El corazón te empezó a martillear con fuerza en la garganta, dificultándote la respiración. La inesperada presencia de aquel hombre te había quitado, literalmente, el aliento.
Sabías que tarde o temprano ibas a tener que encontrártelo, por eso habías asistido al casino y por eso habías ideado un plan con los chicos, tus viejos amigos.
Pero tu cuerpo todavía no lograba asimilar que aquel hombre que tenías en frente justamente ahora, era Sano Manjiro.
El increíble Mikey de Toman y, ahora, de Bonten.
—¿Vengo en mal momento, Sanzu? —Mikey volvió a insistir, pero esta vez su mirada no fue a parar directamente en su subordinado, si no en ti.
Sus ojos negros se clavaron en los tuyos, provocando que tu corazón diera un vuelco dentro de tu pecho y tú estomago se apretara.
Por un momento tu mente se quedó en blanco, incapaz de asimilar lo que estaba sucediendo.
Era él, estaba frente a ti.
Al contrario que los demás, Sano Manjiro llevaba la cara descubierta, sin ningún complemento ocultara su identidad. Sin embargo, a pesar de la escasa luz que envolvía la sala en la que estabais, pudiste apreciar cada detalle de él. Ahora tenía el pelo corto de color blanco ceniza, y unas ojeras tan grandes y marcadas debajo de sus párpados que te dio escalofríos de tan solo mirarlas. Parecía, literalmente, que no hubiera dormido en días y solo se alimentara a base de cafeína.
Llevaba un traje básico pero bastante sofisticado para la ocasión; vestía una camisa abierta larga en tonos azules, rojos y bordes dorados caía en cascada hasta el suelo, dejando ver cada rincón de su torso desnudo, y unos pantalones holgados de las mismas tonalidades.
Los huesos marcados de su clavícula y su pelvis te hizo ver la gran masa muscular que había perdido a lo largo de los años. Ya no quedaba nada de aquella vitalidad que recordabas. Sus ojos ya no brillaban con esa intensidad tan bonita como en el pasado, y su semblante ya no transmitía ninguna emoción.
Lo viste totalmente consumido, desolado y cansado. Tanto que algo en ti se rompió.
Fue tanto el shock al verlo después de tanto tiempo que no te fijaste en la persona que había al lado de Mikey hasta que dio un paso hacia delante y se colocó a su lado. Era un chico joven y de estatura media, aproximadamente de vuestra edad. Tenía el pelo largo, blanco y liso, con la parte izquierda de su cabeza rapada en líneas horizontales, y lucía un traje muy elegante de color verde botella, con los bordes de las costuras doradas, a juego con sus zapatos. No obstante, al contrario que Mikey y al igual que Sanzu, llevaba un antifaz que cubría toda la zona de su mirada.
Al apreciar con detenimiento cada una de sus características, dedujiste quién era, algo que te sorprendió el triple y puso todos sus sentidos en alerta.
El gran ejecutivo y administrador del dinero de Bonten; Hajime Kokonoi.
—Jefe, ¿no crees que es muy arriesgado que bajes sin el antifaz? —la voz divertida de Sanzu rompió el tenso silencio que se había formado entre los cuatro.
—Con que vigilando a Kisaki, eh... —murmuró Kokonoi con una sonrisa traviesa, mirándote directamente a ti y después a él—. Maldito cabrón.
—Cállate y contéstame —La voz autoritaria y amenazante de Mikey volvió a dirigirse a Sanzu, logrando que la sonrisa triunfante de su rostro se esfumara.
Cuando te atreviste a volver a mirarlo, te encontraste nuevamente con sus ojos negros mirándote con una intensidad imposible de descifrar. Intentaste calmarte y desviaste la mirada muy sutilmente hacia otro lado, rezando que no te reconociera a pesar de llevar el rostro cubierto por el antifaz.

ESTÁS LEYENDO
ETÉREO - Sano Manjiro
FanfictionUn viejo amigo del pasado hará que las vidas de Mikey, actual líder de Bonten, la peor organización criminal de todo Tokyo, y (Nombre), una joven empresaria con un futuro prometedor, vuelvan a cruzarse, recordando su amor pasado y poniendo todo su m...