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Bright Young Husbands (Miles Maitland & Ginger Littlejohn)

Tenía muchos pasatiempos que disfrutaba hacer constantemente, pero uno de los que más gozaba era el más recurrente, pasear por las tardes en París, en ocasiones solo, pero más cuando iba Ginger con él.

Y el pelirrojo lo sabía, por eso después de su trabajo, solo regresaba a su hogar para ir por el más bajo que ya le esperaba con una infantil sonrisa de entusiasmo a la par que se arreglaba, tan espléndido como siempre.

"Te pusiste el vestido que te obsequié." su pareja volteó a verle con el maquillaje a medio poner.

"Por supuesto. ¿Por qué no lo haría? Es hermoso." le dió otra sonrisa que el más alto tardó un poco en corresponder mientras se aproximaba al cuerpo del contrario para abrazarlo por la cintura.

"Es que... ya sabes..."

"Ginger, mi querido, ya te dije que fingir que somos una pareja de un hombre y una mujer no me molesta." dijo sin borrar su sonrisa picando la mejilla contraria y separándose para seguir con su maquillaje. "Sé que es por nuestro bien, y, vamos, me veo fantástico." incluyó un guiño juguetón para seguir con lo suyo.

"Me sigue sin convencer la idea de que tengas que fingir ser otra persona."

"Tú fuiste quien la propuso."

"¡Lo sé! Y eso lo hace peor, no quiero que seas infeliz, no lo soportaría."

"Eso no pasará. Ahora." terminó de maquillarse, se colocó unas cuantas extensiones rizadas del mismo color de su cabello natural acomodándolas para que se mezclaran entre sí, peinadolas después en una coleta baja y poniéndose un pañuelo en el cuello para esconder su no tan notoria manzana de Adán. "Voy a dejarme crecer el cabello, ya no soporto las extensiones."

El pelirrojo rió contemplando la preciosa vista que tenía en frente. No es como si en secreto quisiera más la 'versión femenina' de Miles, si no que más bien adoraba verlo arreglarse, cada movimiento tan delicado y decidido de sus manos le encantaba.

"¿Nos vamos?" extendió su mano con la ilusión de sentir la suavidad que poseía la contraria.

El castaño correspondió el gesto y besó la mejilla de su pareja dejándole una mancha roja que le hizo reír.

"Oops."

































"Te tengo una sorpresa."

"¿Sorpresa?, ¿y por qué apenas me dices?"

"Sé lo impaciente que eres, cariño. Si te decía desde antes, no me hubieras dejado dormir, así que mejor te digo ahora que vamos en camino."

"¿No... vamos al centro de París?"

Negó con la cabeza viendo el rostro de confusión del más bajo viajando sus ojos a la ventana que estaba lado suyo observando que, en efecto, no estaban ni cerca del centro de la ciudad.

"¿A dónde vamos entonces?"

"Espera un poco, iremos con un amigo." su rostro se pintó de confusión tratando de adivinar que significaba eso. ¿A dónde iban? Confiaba en Ginger obviamente, casi dos años juntos le respaldaban, nunca haría algo que lo dañara, mucho menos cuando hace apenas una hora le había dicho lo preocupado que estaba por él al fingir ser una dama. Así que solo esperó a que el auto aparcara para poder ver a dónde se dirigían.

Pasaron minutos de un impaciente Miles haciendo hipótesis de a dónde irían y que harían ahí. 'Probablemente solo sea otra cena aburrida con alguno de los colegas de Ginger, pensó sintiendo innecesario el preocuparse.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora