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Spoilers de la segunda temporada.

Tenía el rostro recargado de forma perezosa en el volante del auto, no durmiendo, solo tratando de apagar su cerebro por un momento.

"Si todavía tuviera mi departamento probablemente tomaría una merecida siesta de un siglo," levantó la mirada viendo la desierta calle. "o dos," regresó el rostro al volante. "o una eterna, ¿quién necesita despertar de todas formas?"

Habían sido un par de días muy malos, no había tenido un descanso real en mucho tiempo. Su cabeza dolía y los ojos le ardían, no recordaba haber llorado tanto en todos esos años que había existido, de hecho, estaba algo sorprendido de que en este momento no volviera a llorar.

No era la primera vez que había pasado tanto tiempo lejos del ángel, habían ocasiones en donde no se hablaban en un siglo completo; pero al menos tenía la certeza de que el ángel estaba en la tierra, podía sentir su presencia. Pero ahora no.

Le causaba un malestar en el estómago cada vez que recordaba cuando vió como Aziraphale se marchaba al lado del Metatrón para tomar el puesto de arcángel supremo.

Nada tenía sentido cuando lo pensaba con detalle, no le guardaba rencor a su ángel, pero le tenía un poco de resentimiento que lo haya abandonado así.

También pensaba que tal vez fue mala idea no aceptar.

"¡Es una mala idea!" se convencía a si mismo devuelta cuando tomaba la botella de vino número novecientos setenta y cinco y le daba un buen trago. "Estúpido Aziraphale, no sabe en lo que se está metiendo." volteó a la parte trasera del auto para encarar a las plantas que ya estaban temblando de temor. "¿Por qué irse al lugar dónde siempre lo han tratado como la mierda si se podía quedar conmigo?" tomó una hoja aleatoria de la planta más cercana. "Pude haberle dado una vida tranquila, sin complicaciones, lejos de los estúpidos del cielo y el infierno." susurró dolido acariciando la hoja, cuya apretujó violentamente después. "¡Pero no!," exclamó volviendo a sentarse derecho. "tenía que aceptar su oferta y dejarme a mi... y a esa estúpida librería que con tanto adoración hizo." suspiró viendo la calle desierta en donde estaba estacionado.

Había tomado costumbre de hacer eso, ver las calles como si el más bajo fuera a aparecer mágicamente y le dijera que lo perdonara.

"Pobre librería..." tomó un largo trago de vino. Posteriormente lo aventó al lado del pasajero con otras miles más. "Podría... yo podría..." tamborileó sus dedos en el volante aún con la mirada perdida al frente. "Ir... a darle una vuel-" el motor del auto encendiendose lo interrumpió estrepitosamente. "¿¡Qué mierda!?" el Bentley le respondió con encender el estéreo y arrancar sin necesidad de que el pelirrojo lo hiciera. "¡Carajo!" maldijo tomando el volante tratando de mantener el control.

Avanzaron por las calles de Londres entre quejas y música estruendosa, con Crowley tratando de regresar el Bentley a donde estaban y este sin detenerse siguiendo una ruta conocida.

"¡Basta!" golpeó el freno con el pie una y otra vez pero este no se movía en ningún momento. "¿¡Qué mierda te sucede!?" su cuerpo se movió violentamente del lado del copiloto y al del retrovisor gracias a que el vehículo esquivaba otros autos para poder llegar más rápido. "¡Suficiente!" chasqueó los dedos, pero esto no hizo que frenara; en lugar de eso, el Bentley cambió momentáneamente de un color amarillo brillante. "¿¡Acassso ssoy una broma para ti!?" siseó furioso a nada de saltar por la ventana, y lo intentó, pero esta no cedió. "¿¡Qué carajo!?" y de repente, el estéreo empezó a reproducir estruendosamente 'Good Old-Fashioned Lover Boy' lastimando sus oídos, provocando que se encogiera en su asiento sin que el vehículo parará hasta llegar al Soho, aparcando afuera del 'Dame Café o Dame Muerte'.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora