I love you. ‹𝟹 Sungsun

08

"Todo lo que tocas y todo lo que ves, es todo lo que tu vida será alguna vez."

–Pink Floyd.

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¿Había algo más fabuloso, que dormir en un sábado por todo el día? Para Sunoo no había nada mejor, su madre había salido con su padre hace ya una hora y lo único que le habían dicho es que regresarían cerca de las ocho de la noche, nada como tener la casa sola.

Para el pelinegro era lo mejor, a veces no soportaba las presencias de otros y quería momentos de paz como aquél, y es que los días en la escuela eran estresantes, los maestros acumulaban trabajos que eran para el día siguiente y eso lo ponía de mal humor casi todo el tiempo, inclusive creía que Sunghoon se alejaría de él, pero no fue así, y le ayudo solo con un trabajo, al menos le había ayudado.

Las tripas de Sunoo comenzaron a hacer esos característicos sonidos indicando que su cuerpo pedía a gritos que lo alimentara, pero tenía demasiada pereza, y claro no dormiría bien si tenía hambre, así que algo cansado se sentó en su cama, sus cabellos estaban desordenados y sentía que no podía abrir los ojos, dió un bostezo mientras se estiraba y abrió los ojos.

Era una hermosa mañana, se colocó las pantuflas y se levantó de la cama, dando pasos lentos y cansados se dirigió a la puerta de su habitación para salir.

— ¿Sería buena idea desayunar pizza?

Su madre no estaba y aunque él sabía cocinar, no se disponía a preparar algo de comer para él mismo.

Se dirigió a la cocina y abrió el refrigerador, miró lo que había, un montón de yogures de distintos sabores, encontró las cervezas que "escondía" su padre, algunas verduras, mantequilla, leche, jugo de manzana, y huevos.

— Nada que me agrade —suspiró.— ¿Y sí pido comida? No, mi madre me matará sí ve la basura.

Revisó la alacena y descubrió que había harina para prepararse hot cakes, sin más opciones, Sunoo decidió cocinar unos deliciosos hot cakes.

No le tomó mucho tiempo prepararlos, pero había hecho demasiados, al parecer no había medido muy bien los ingredientes y terminó haciendo demasiados como si sus padres estuvieran allí presentes, le restó importancia, colocó tres en un plato y les puso cajeta, estaba a punto de comer cuando alguien tocó a su puerta.

Sunoo no esperaba visitas, supuso que serían los pequeños vecinos molestos que tenía, pues desde la semana pasada se la han pasado tocando a su casa y salían corriendo para no se atrapados. De mala gana se dirigió a la puerta.

— ¡Sunnie! —Sunghoon miró al chico pálido que le daba una mirada de cansancio, miró al chico de pies a cabeza, estaba en pijama, con pantuflas puestas y los cabellos desordenados.— ¡Te desperté! Lo siento Sunnie.

— No me despertaste, ya estaba despierto desde hace rato.

A la nariz del alfa llegó un delicioso aroma, lo reconoció rápidamente y sintió como se le abría el apetito. Sin permiso de Sunoo entró a la casa olfateando el aire.

— ¡Hey mocoso! ¿Quién te dió permiso de entrar a mi casa?

El alfa lo ignoró por completo y se dispuso a seguir aquel aroma.

— ¡Comida! —Sunoo de inmediato cerró la puerta y corrió hacia la cocina—. ¿Tú los preparaste? Están deliciosos.

El pelinegro no lo podía creer, Park Sunghoon estaba comiéndose su desayuno, claro que había hecho más para él, pero ese plato era específicamente para él y no para ese alfa!

— ¡Hey! Ese era mi plato —Sunoo frunció el ceño, estaba molesto con su menor—. Alfa malo, deja de comer mi desayuno.

— Hyung, hay más allí —señaló la torre de hot cakes.— ¿Quieres que te sirva?

— Vete al infierno Park —dijo Sunoo sin ninguna expresión y se acercó agarró otro plato y se volvió a servir, volviendo a poner cajeta encima de los hot cakes.

El alfa lo miraba atentamente mientras masticaba, no apartaba la mirada de Sunoo.

— ¿Tengo algo en la cara?

— No, sólo estoy apreciando lo más hermoso del mundo.

— ¡Déjate de cursilerías y come!

Sunghoon sonrío satisfecho, había cumplido su objetivo, sonrojar a su mayor.