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"Algunas personas sienten la lluvia. Otras solo se mojan."

Bob Marley.

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Y allí se encontraba resolviendo unos problemas de álgebra, como odiaba las matemáticas, pero no podía hacer nada, sino entregaba aquellos ejercicios, era posible que la profesora terminará por casi literalmente fusilarlo enfrente de sus compañeros.

No entendía como era posible que los ejercicios fueran tan complicados, los profesores eran malos con ellos, pues poner ejercicios fáciles y luego darle a los alumnos a resolver ejercicios más complicados, era como si disfrutarán regresarlos a corregirlos.

— ¡Sunoo, te buscan abajo! —esa era su madre gritando detrás de la puerta de su habitación.

— ¿Quién? —respondió de la misma manera, para que así su madre lo escuchara.

— ¡Sunghoon!

No sabe porque pero sonrió al escuchar aquello, Park Sunghoon últimamente se la ha pasado demasiado tiempo con él, y no entendía las causas, pero a veces le molestaba una pregunta en específico que a su menor le había dado por decir demasiado.

"¿Cuando vas a presentarte como omega, hyung?"

Esa pregunta salía casi a cada rato, como si Sunoo supiera la respuesta inmediata a ella, cada que Sunghoon preguntaba aquello, Kim Sunoo se limitaba a contestarle que no lo sabía.

— ¡Dile que venga, estoy algo ocupado!

Al no recibir respuesta supo que tal vez su madre le estaba diciendo lo que Sunoo había dicho, y no tardó ni siquiera un minuto, en cuanto escuchó que alguien tocaba a la puerta de su habitación.

— Adelante —dijo Sunoo aún concentrado terminando otro de los ejercicios, pero aún le faltaban otros ocho de los veinte que tenía que completar.

— ¡Sunnie! —Kim Sunoo sintió como unos brazos de inmediato lo rodearon por su cintura y después sintió la nariz de su menor pasar por su cuello—. Tan delicioso... te extrañe.

— ¿Extrañarme? —miró el reloj de su mesita—. Pero si apenas hace unas horas estuvimos casi todo el tiempo juntos —sonrió—. Tal vez te estás encaprichando mucho conmigo.

— ¡Por supuesto que no! Quiero estar contigo, no me siento tranquilo sin tu aroma cerca —miró a Sunoo.

Pero claro el chico de tez pálida estaba aún escribiendo en su cuaderno, Sunghoon quería que le prestase atención a él y no a unos tontos ejercicios de matemáticas.

— ¡Sunnie! —Sunghoon miraba al chico esperando que lo viera—. ¡Sunnie! ¡Sunnie! ¡SUNNIE!

— ¿¡Qué!? —miró a Sunghoon—. ¡Por Dios, Park! Necesito concentrarme.

— Si quieres te puedo pasar las respuestas de esos ejercicios, ya los resolví.

Está bien, Sunoo estaba sorprendido, Sunghoon no era de los que resolvieran tan rápido los ejercicios de matemáticas, era un hecho que a veces lo veía persiguiendo a la profesora para que se los calificara, pues terminaba casi cuando ya se iba a hacer el cambio de hora.

— ¿Cómo es posible que los hayas terminado tan rápido?

— Bueno, como quería pasar tiempo contigo, decidí hacerlos entre los cambios de hora, y los terminé, ¿quieres qué te los pase?

— No —respondió Sunoo volviendo a lo que hacia.

Sunghoon suspiró y se quedó allí disfrutando del aroma de Sunoo, casi sentía que podía dormirse con aquella esencia que salía de su amigo. En cambio Sunoo sentía cosquillas por las respiraciones que sentía en su cuello, a veces se preguntaba porque Park Sunghoon seguía siendo demasiado cariñoso.

Había leído un poco sobre eso, al parecer era por su reciente presentación, además había leído algo sobre las parejas predestinadas, a veces el primero que se presenta era quien sentía el aroma de su pareja aunque esta no se hubiera presentado.

Para Kim Sunoo esas eran tonterías, ¿qué tal si tu pareja predestinada era un loco psicópata?

Todo podía pasar y era por eso que no creía en nada de aquello, sin embargo a veces sí lo hacia, pues Sunghoon había estado muy protector.

Lamentablemente para Sunghoon, la mayoría de los amigos de Sunoo eran alfas, y Sunghoon siempre tenía que estar cerca de Sunoo para evitar que aquellos alfas intentarán algo con su preciado omega.

— Omega, deja de trabajar, hazle caso a este pobre alfa —dijo Sunghoon quitándole el lápiz a Sunoo.

— No soy omega —respondió Sunoo.— Y devuélveme mi lápiz, debo terminar, ya casi termino.

— Te lo devolveré si me dejas morderte —dijo Sunghoon separándose de Sunoo.

Kim Sunoo se sonrojó, no sabía que responder a aquello, y no sabía como era que Park Sunghoon tuvo el suficiente descaro para decir aquello.

— No te dejaré, además ya te dije que no soy omega, desde que te presentaste actúas... raro conmigo, como si de un de repente te gustara.

— Es porque me gustas Kim.

— ¿Qué?

— Dije que me gustas Kim Sunoo —dijo Sunghoon con una sonrisa—. ¿Me dejas morderte?

— No.

I love you. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora