treinta y uno.

1.5K 140 47
                                    

Advertencias: drama y angst.

El llanto de Jisung despertó a Chan en mitad de la noche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El llanto de Jisung despertó a Chan en mitad de la noche. Salió de la cama medio dormido, con su cuerpo moviéndose pesado, cruzando el cuarto a oscuras y tomando al bebé que lloraba en la cuna. Hyunjin gimoteaba, seguramente disgustado por haber sido despertado también. Felix se removió en la cama, pero no hizo el amago de levantarse.

El alfa se apresuró a salir de la pieza, abrazando a Jisung mientras intentaba calmarlo con su aroma. Esa misma escena se repitió ya una docena de veces desde que Felix fue devuelto a casa tras el parto de los mellizos. La felicidad que trajo consigo el nacimiento de Jisung y Hyunjin fue superada, en pocos días, por el cansancio y el estrés acumulado.

-Sshh... No despertemos a mamá. Necesita descansar -susurró Chan, meciendo a Jisung contra su pecho-. Papá ya está aquí, no llores.

Besó su cabecita, alejándose del cuarto para que Felix no escuchara el llanto. Se paseó por el salón y el pasillo, tratando de no caer exhausto. Apenas dormía más de cinco horas al día, y no era suficiente para rendir al máximo en el trabajo ni en casa, donde las cosas no eran nada fáciles. Chan empezaba a sentir el peso de la paternidad sobre sus hombros, pero por el bien de Felix, no se permitió flaquear.

Felix lo necesitaba más que nunca.

Cuando Chan regresó a casa después del trabajo y encontró a Felix llorando sin consuelo junto con los bebés, no dudó en hacerse cargo de la situación. No preguntó, y sencillamente tomó a su omega y le limpió las abundantes lágrimas que caían de su rostro. Felix lo abrazó con fuerza, ahogando su llanto descontrolado.

Hyunjin y Jisung lloraban igual, ahogados en el triste aroma que llenaba su hogar. Chan sintió una mezcla de desconcierto y miedo por no saber qué estaba sucediendo, todo era muy confuso, y lo único que quería era ver a Felix sonreír de nuevo.

Pasadas unas horas pareció calmarse, disculpándose por el escándalo que provocó. Chan lució preocupado, pero se convenció de que no era nada importante; a veces, los omegas sufrían algún que otro altibajo emocional. Pero la misma escena se repitió al cabo de unos días. El alfa actuó como la vez anterior, y Felix volvió a sentirse mejor.

Sin embargo, Chan sentía que algo no estaba bien con todo eso. Cuando no lloraba, Felix tenía cambios de humor demasiado rápidos; se enojaba con el mínimo comentario, incluso si era un halago sobre su aspecto.

-Sigues siendo hermoso -le decía el alfa.

-No, no lo soy. Mi cuerpo se ve horrible.

El alfa fruncía el ceño, extrañando ver a Felix todo tímido y sonrojado cada vez que le decía que era hermoso y que ningún omega se comparaba a él. Otras veces se ponía triste nada más mirar a los mellizos, y su aroma acababa contagiándolos a ellos también. Chan pensó que la mejor opción era dejar que Felix se tomara un descanso, por ello, casi todas las noches, se levantaba el alfa cuando los bebés rompían a llorar.

four seasons › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora