cincuenta.

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Advertencias: drama y fluff.

El viaje hacia Los Ángeles duraba cerca de seis horas, pero la diferencia horaria entre una ciudad y otra era de tres horas

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El viaje hacia Los Ángeles duraba cerca de seis horas, pero la diferencia horaria entre una ciudad y otra era de tres horas.

—Es todo un lío —barboteó Jisung, mirando a Hyunjin con el ceño fruncido—, o sea, ¿llegaremos...?

—A las una de la tarde, idiota —dijo Hyunjin, concentrado mientras jugaba en la antigua consola que dejaron en Corea y que Chan les llevó en ese viaje—. ¿Cómo siquiera vas a aprobar este año?

—El idiota eres tú —Jisung lo miró con mala cara—. ¡Dame la consola, llevas jugando una hora y me toca a mí!

—¡Quítate! —se quejó Hyunjin cuando el omega trató de quitarle el objeto—. ¡No he perdido, por lo que no debo pasártela todavía! ¡No es mi culpa que seas pésimo jugando!

—¿Quieren callarse? —regañó Felix en un susurro bajo—. Les voy a quitar esa consola si siguen peleando.

Jisung se cruzó de brazos y Hyunjin le sacó la lengua. Felix rodó los ojos, cruzándose de brazos.

—No seas malo con ellos —le dijo Chan, que llevaba a una dormida Yeji en brazos—, tú sabes cómo son...

—¿Quieres que me enfade contigo también? —replicó Felix, y Chan decidió cerrar su boca.

El resto del viaje transcurrió con calma. Felix terminó quedándose dormido poco después y, cuando despertó, su cabeza estaba apoyada en el hombro de Chan, que estaba jugando en su celular. Aunque eso no fue lo que lo preocupó, sino el hecho de que Hyunjin le estaba mirando con el ceño ligeramente fruncido. Felix miró hacia otra parte, como si no se hubiera dado cuenta.

A las una y media de la tarde, estaban ya caminando hacia la salida del aeropuerto, aunque se detuvieron porque Jisung quiso ir al baño. Felix aprovechó de ir también, y Hyunjin decidió girarse hacia Chan una vez quedaron a solas (y Yeji no contaba, porque estaba dormitando todavía).

—Te estás sobrepasando —dijo Hyunjin con tono helado.

Chan lo observó, un poco sorprendido por esas palabras. No fue tanto el frío comportamiento, pues si bien Hyunjin ahora parecía tolerar su presencia un poco mejor, eso no significaba que ellos hablaran demasiado. Su hijo, más bien, se inclinaba por ignorarlo y hablarle sólo lo estrictamente necesario. Hubo un ligero acercamiento por el regalo que le hizo el día anterior y haber ido a verlo a su presentación, pero más allá de eso, Hyunjin fingía que él no estaba. Esa mañana, por ejemplo, sólo lo saludó con una inclinación de su cabeza y no le había hablado en el resto del viaje.

—¿Hyunjin? —preguntó con tono precavido.

—Te estás sobrepasando —repitió Hyunjin—, tú y mamá no son nada, pero le sigues tratando como si estuvieran en una relación romántica. Eso no está bien.

four seasons › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora