» ¿Estás buscando un dulce cuento de hadas? Bueno, este no es el caso. «
═ Cuando el joven príncipe del mar vio a aquella humana, sintió algo extraño en él, algo nuevo y... peligroso. ═
Género: Fantasía, romance, transmigración, terror.
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—¿Aún no lo encuentran?—
—No hay ni rastro suyo, Alex—La pelinegra le entrego su último accesorio para vestirse.
—¿Y si alguien más lo encontró? ¿Qué si alguien lo secuestro? ¿Si alguna mujer con malas intenciones se lo llevo?—Se apresuró a salir del palacio de verano.
—¿A dónde vas?—Corrió a alcanzarla.
—¿A dónde más crees que voy? A buscarlo, por supuesto—Le miro irritada.
—Alex ha pasado todo un día, ¿qué te hace pensar que lo encontraras?—La rubia le ignoro completamente.
—ALEXANDRA—Zachari grito exasperada—¡Bien! Vete, y pierde el tiempo buscando una tonta ilusión—Se dio la vuelta regresando al palacio.
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—Joder, ¿y si le paso algo?—
Alexandra llevaba caminando ya más de una hora buscando en la playa alguna pista del paradero de aquel hombre.
—¡Ouch!—Escucho un quejido de dolor cerca.
Sin pensarlo corrió hasta encontrar al dueño de esa voz.
Ahí estaba el chico del día anterior, sus mechones blancos esparcidos por su rostro, y una ¿vela rota de barco? Como una especie de vestido, no sería que era, pero sin duda se veía ridículo.
Sin embargo, no se burlaría de él, ¿quién sabría todo lo que sufrió el pobre chico? Al observarlo frente a ella, era un enorme alivio, sentía culpa al suponer en que le habría pasado luego de que la salvo.
—Denizin, gracias al cielo que te encuentro—Corrió hasta el chico sentado sobre la arena.
—Alexandra—Le sonrió mostrando sus perfectos dientes.
Al fin podía contemplarlo de cerca, sintió sus ojos azules brillantes, analizarla, su nívea piel, y sus labios rojizos.
"Alexandra, concéntrate, te comportas como si nunca hubieras observado a un hombre" Su conciencia le reclamo con una especie de furia y vergüenza.
—¿Estás bien? Ayer cuando regrese a buscarte ya no estabas, ¿te sucedió algo?—Le tendió la mano al chico, quien al principio dudo en aceptarla, pero finalmente dejo que la mujer le ayudara.
—Yo...si, solo buscaba algo con que vestirme y em...me perdí—Denizin apenas podía ponerse de pie.
—Bueno, me alegra que ahora estés a salvo, supongo que tus pies están cansados de tanto caminar, si me permites te llevaré a mi residencia, para que descanses un poco—Recibiendo una respuesta positiva de él, lo llevo en sus brazos todo el camino.
