| ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄ ̄|No olvides añadir esta historia
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ningún capítulo.
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/ づ Atte. Ness
Advertencia: leves menciones a mi anterior obra "La maldición del villano" y algunos de sus personajes
........Es algo en su aroma, en su voz, en su tacto,
que hace que se sienta en las nubes,
pero ella tiene miedo...
miedo de caer.
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—Shhh—le silencio la princesa al joven peliblanco.
No tenía idea si eran las ultimas copas de sidra que tomo o la exposición a todo ese ambiente festivo, pero incluso después de la media noche, ninguno de los dos, dejo de lado sus ánimos de celebrar.
—Lo siento, es solo que aún no puedo creer que te metieras esa cosa a la boca, lucia asquerosa y te la comiste de un bocado—la suave risa del hombre sonaba como música celestial a sus oídos y casi juraba que si tuviera algún equipo de sonido no dudaría ni un segundo en grabar al muchacho.
—Si no somos silenciosos, Zachari despertará y nos dará un buen sermón—Alexandra sujeto entre sus brazos al hombre estrujándolo contra sí misma en un inútil intento de callarlo.
—¿Y que si ella despierta? Tú eres la princesa y ella solo es un sirviente, vive por y para seguir tus órdenes, debería sentirse afortunada de que escuches incluso su opinión, independientemente de si la tomas en cuenta o no—bufo molesto, apartándose del agarre de la mujer.
—No lo entiendes, ella y yo crecimos juntas. Ella siempre ha estado a mi lado, es de las pocas personas que se quedó aún después de conocer—se quedó en silencio por unos segundos, en los que él casi pensó que ella se había arrepentido de contarle eso.
—Bueno, la parte no tan buena en mí—ambos siguieron caminando por el extenso pasillo, tambaleándose de vez en cuando, pero aun en pie.
Denizin había escuchado la voz casi rota, luego de esa breve pausa había algo que ella escondía de él, ¿pero qué podía ser tan importante para que ella se lo ocultara? No lo entendía y eso solo lo frustraba más.
—Esto me recuerda mucho a ella.— Alexandra se detuvo frente a la enorme ventana con vista a los jardines de rosas que se extendían mucho más de lo que los ánimos de explorar le permitían a Denizin, casi siempre quedándose a medio camino o menos del final del enorme laberinto que era custodiado por esas plantas.
—¿Ella? ¿Quién?— Preguntó él con esa dulzura inocente que siempre sacaba una pequeña sonrisa a la heredera de noble linaje.
—Una amiga mía, de hace mucho tiempo, más del que me gustaría recordar-palpo con sus manos el frio cristal empañando con su aliento.— Ella era como esas rosas, siempre distante, pero de alguna manera tan magnetizante, igual a la historia de aquella doncella dormida-ella le miro, y por primera vez en todo este tiempo él no pudo descifrar lo que ella quería decirle.
"Esta noche eres tantas incógnitas, cambias y vuelves a cambiar querida mía" Siguió analizándola, observando cada detalle con tal intensidad que cualquiera diría que ella era una presa en el tribunal, esperando su veredicto.
—¿No la has escuchado?— Ella preguntó, pero poco esperaba su respuesta, puesto que ni siquiera le miro y siguió hablando.
—La doncella es prisionera de un poderoso hechizo que la obliga a caminar al objeto que traerá su sueño eterno por su propia cuenta y tocarlo, cumpliendo con el propósito de aquella malvada hechicera—. Alexandra con su dedo índice dibujo en el cristal empañado lo que trazo a trazo tomo la forma de la silueta de una mujer.
—Estaba tan rota y yo solo-se pasó la lengua por los labios dejando un rastro brillante en ellos—. Quería ayudarla, NO—grito tan repentinamente que lo hizo dar un saltito en su lugar.
—Quería todo el poder y riqueza que llevaba estar al lado de uno de los suyos, estar en las grandes ligas. Donde nadie volvería a menospreciarme. Día a día la conocía más y menos la entendía, quería alejarme de las nubes de tormenta que ella traía consigo y al mismo tiempo hacer que el sol volviera a salir para ella—sus ojos soñadores y la luz que había en ellos se alejaron de él, era como si su querida princesa estuviera aquí y al mismo tiempo se encontrara en el país más lejano que su limitado conocimiento podría imaginar.
"Sí, eso es...lo mismo que me sucede contigo, te ruego mi princesa terrestre: dime que es eso que siento" Apretó las mangas de su abrigo, desesperado por cualquier indicio de alguna respuesta.
—"¿Qué haría sin ti?" Ella solía decirme. Y yo nunca le dije que mi corazón susurraba "No lo sé, pero me aterra pensar en ello"— un suspiro tembloroso salió de sus labios—. Tenía miedo, y ese miedo es lo que me impulso a actuar egoístamente y lastimarla inconscientemente, a alejarla de aquellos que la necesitaban, la aparte de Eliza, le conté sus secretos a Ethan y le hice escucharme aun si eso no era lo mejor— dijo con un deje de autorreproche.
—Ni siquiera lo note, no lo entendí hasta que ella se fue-sus uñas rasgaron la carne tersa de su muñeca—. Yo la amaba, era como una hermana para mí, quería cuidarla, quería decirle que no debía temer, que no debía seguir culpándose por algo que no hizo y ahora ni siquiera tendré el derecho, el privilegio de decírselo-sus palabras terminaron con la aparición de cascadas de lágrimas que corrían hasta manchar su ropa.
—¿Amor?— el suave susurro salió de los labios de Denizin.
—Si querido, amor, existen varios tipos de él, está el amor familiar, el platónico, philia e incluso más—se alejó de la ventana caminando con una postura rígida y visiblemente incómoda por el pasillo.
—Aquí estamos, deberías descansar, debe haber sido un día muy agitado para ti—Ambos se detuvieron frente a la puerta de la habitación del joven hombre.
—Y ¿por mí?—pregunto él acunando el rostro de la rubia entre sus manos.
—¿Qué?—ella le miro completamente desorientada, como un cervatillo frente a una autopista.
—¿Qué clase de amor sientes por mí?—susurro el peliblanco con su aliento rozando los labios de la joven heredera.
—Te daré el que tú quieras, si lo aceptas de mí—le miro a los ojos buscando la respuesta más honesta, incluso si eso le rompía el corazón.
Sin embargo, no fueron palabras las que calmaron su inquieto corazón, si no, más bien los labios de Denizin contra los suyos, moviéndose lenta y suavemente como los pétalos de las flores con la brisa matutina.
Cuando el joven se apartó, sus brillantes ojos hicieron saltar su afortunado corazón, el amor y la pasión se reflejaron en esos hermosos orbes, sacándole un suspiro soñador.
—Sabes, ahora creo que hay mucha soledad en mi habitación, tal vez—se detuvo girando la manija de la puerta y mostrándole el interior de la habitación—. Tú podrías ayudarme a arreglar eso—la halo lentamente hacia el interior.
Lo último que presencio la silenciosa noche antes de que aquella pareja cerraran las cortinas fue la sonrisa incrédula de la joven y los ojos del hombre, que nunca se apartaron de su amada.
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En el oscuro mar +18 "Saga Universos No. 1"
Fanfiction» ¿Estás buscando un dulce cuento de hadas? Bueno, este no es el caso. « ═ Cuando el joven príncipe del mar vio a aquella humana, sintió algo extraño en él, algo nuevo y... peligroso. ═ Género: Fantasía, romance, transmigración, terror.