Divergente (Bethyl)

Pólogo

Prólogo.

Desde que tengo siete años siempre me he puesto a pensar todas las opiniones de mi familia con respecto a quedarme y hacer feliz a papá. No seguir los pasos de Maggie y si quería un pequeño cambio, seguir los de Patricia. Pero nadie se había detenido a pensar que era lo que yo de verdad quería. ¿Pero sabía yo lo que de verdad quería?

Desde que tengo memoria me he dicho a mi misma que tengo que complacer a mi padre y quedarme con el en Abnegación y no ser como Maggie quien lo abría traicionado yéndose a Erudición, o eso era lo que el decía. Una traición. Patricia se abría ido a Cordialidad ya que conoció al amor de su vida Otis, que era de la misma facción.

Vivo en un una ciudad llamada Atlanta quien se abría transformado en una sociedad que dividía a las personas en cinco facciones. Abnegación por desinterés, Verdad por honestidad, Erudición por la inteligencia, Cordialidad por la paz y Osadía por su valentía.

-Bethany, pequeña hora de levantarse— Escuche el susurro de papá en mi oído. Con velocidad abrí mis ojos para así asentir con mi cabeza, el sin nada más que decir se retiró de la habitación para así sentarme en la cama, caminar hacia la puerta y así poder cerrarla. Corriendo hacia mi almohada la levante sacando una cuchara que tenía debajo de esta y la voltee para así poder observar mi reflejo por la mañana.—

Una de las reglas de mi facción es no mirarse demasiado al espejo. En general, tenemos que olvidarnos de nosotros mismos y siempre ayudar a los demás, algo que para ser honesta nunca me ha sido fácil.

-Siéntate, es hora de peinarte.—Susurró papá con una dulce sonrisa yo solo asentí para así sentarme dejando que el cepillara mi cabello. Para ser honesta extrañaba a mamá, ella solía peinarme y siempre me daba los mejores consejos que podría hacer. Por una lado creo que ella me entendía, pero ya no esta más en este mundo.— ¿En que piensas?

-No lose.—Susurré— Creo que en la prueba de aptitud.

-¿Estas nerviosa?

-Solo un poco, pero no tengo que estarlo.

-Claro que si, yo también lo estaba.—Susurró terminando de recortar mis puntas del cabello para así tomarlo con un tomate, afirmarlo y caminar hacia la repisa.—

-¿Trabajarás?

-Tengo que hacerlo.—Yo solo asentí levantándome para así caminar tras de el, este apretó la contraseña de una pequeña puerta que estaba colgada a la pared para así mover esta de madera dejando que viera mi reflejo por el espejo.— Quedaste hermosa.—Solo sonreí observando y apreciando el como había quedado.— Eso es todo, reglas son reglas.—Rápidamente serró la repisa y yo solo baje la mirada.—

-Iré a hacer mis deberes.—Este asintió para así sentarse y sacar su prótesis para descansar su pierna.— 

Toda mi vida quise saber como es que había perdido aquella pierna, pero simplemente no podría preguntarlo.

-¿Estas nerviosa?—Susurró Sophia acariciando mi espalda mientras sonreía.—

-Eres la segunda persona que me lo pregunta.—Murmuré mientras bajaba mi mirada a mi vestimenta color plomo para así mirarla.—

-¿Sabes que es lo que quieres?

-Creo que eso me lo dirá el test de aptitud.—Sabía que ella al igual que yo quería irse de Abnegación.— Tu que es lo que quieres.—Murmuré mientras me detenía con velocidad al ver como un sin facción se detenía frente de mi.—