Ser padre siendo muy joven tiene sus beneficios, o al menos eso es lo que su abuelo solía decir. Sin embargo, para Naruto, ser padre era algo que definitivamente estaba muy lejos de su planes a corto plazo. Apenas estaba comenzando sus prácticas como docente en la Benemérita Escuela Nacional de Konoha y ya tenía a un pequeñín de un año dependiendo de él.
Cuidar de un bebé requiera de tiempo, esfuerzo, paciencia, autodominio y muchas cosas más. Cosas que sinceramente Naruto no creía tener. Pero ¿qué podía hacer? Antes de que se diera cuenta ya estaba desempeñando el papel de tutor legal del regordete de Kawaki Saiken Namikaze. Bueno, no debería ser una sorpresa, después de todo, Hotaru y Utakata habían hablado con él antes de designarlo como tal en su testamento. No obstante, Naruto jamás pensó que eso alguna vez iba a ser necesario, es decir eran tan jóvenes y llenos de vida...
Utakata y Hotaru eran una pareja que se amaban demasiado. Se habían enamorado en secundaria y se casaron apenas cumplir los dieciocho, después de cuatro años de matrimonio quisieron tener hijos, pero lamentablemente Hotaru no podía tener bebés así que cayó en depresión al sentirse "inservible". Utakata la consolaba todo el tiempo diciéndole que tener o no hijos no cambiaba el amor que él le tenía. Poco a poco Hotaru sobrellevó su depresión y dos años después, la oportunidad de convertirse en madre apareció ante sus ojos.
Cierto día en que caminaba de regreso a su casa después hacer unas compras en una tienda de autoservicio cercana, escuchó el llanto incesante de un bebé. Guiándose por el intenso sonido caminó hacia un contendor de basura, a unos pasos de distancia de este, había un vagabundo con una botella de licor casi vacía en la mano, en cuanto la vio le pidió dinero, ella se negó mientras se hacía más cerca del objeto lleno de basura para sacar al bebé, pero antes de poder llevarlo a sus brazos el vagabundo le habló nuevamente:
—Si quiere llevarse a ese llorón tiene que pagar por él.
—¿Qué?
—¿Acaso es sorda? Dije que tiene que pagarme. Ese mocoso es mío, por su culpa mi mujer está muerta.
—¿Usted es el padre?
—Así es. Pero yo no quiero un estorbo que solo sabe llorar, por eso mejor hagamos un intercambio. Usted se lleva a la cosa esa y me da algo de dinero para una botella más.
—Señor, ¿cómo puede hablar así? Debería...Está bien, le daré lo que quiere, pero necesito que me acompañe.
—¿A dónde?
Hotaru quería llevarse al bebé pero no iba a comprarlo. Eso sería demasiado ruin, así que se las arregló para convencer al hombre de quedarse donde estaba mientras ella iba por el "dinero". Cuando llegó a su casa habló con Utakata, este llamó a su abogado e hicieron lo que debía hacerse en una situación así. Al final el hombre insistió que solo quería una botella de licor y que podían quedarse con el bebé, evidentemente el matrimonio Saiken se quedó con el pequeño pero lo hicieron de manera legal. Ahora ya eran padres, el sueño de Hotaru se hizo realidad, lamentablemente las cosas buenas no siempre duran mucho.
Casi un año después, los Saiken habían ido a una cena de fin de año que la empresa en la que trabajaba Utakata celebraba cada veintitrés de diciembre, esa noche había nevado demasiado, y cuando volvían a casa un hombre en aparente estado de ebriedad se interpuesto en su camino, por evitar arrollarlo, Utakata hizo un movimiento con el volante pero las llantas del auto se resbalaron y terminaron en una intersección, el camión que venía no pudo frenar a tiempo y ellos perdieron la vida, dejando huérfano a el pequeño Kawaki de apenas un año. Fue así como a las 12:30 am de un veinticuatro de diciembre, Naruto recibió una llamada en la que le informaban sobre el fallecimiento de su prima Hotaru Namikaze y su esposo Utakata Saiken.
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NaruHina
FanfictionPequeñas historias. Los personajes no me pertenecen. Créditos a su creador, Masashi Kishimoto.