Escrito dedicado a The Infernal Devices porque amo esos libros.
Los años pasaron tan rápido, las arrugas de sus manos, las bolsas bajo sus ojos y aquellas líneas de expresión que, hacía tantos años era una piel uniforme sin marcas de los años vividos, hoy se evidenciaban como un mapa de su vida. Sus ojos azules le recordaban a aquel chico que fue, aquel del cual su esposa se enamoró, y eso le recordaba que eran el mismo. Pero su adorada Tessa estaba igual, seguía siendo la misma chica que conoció, estaba intacta, los años no le habían afectado a ella, a excepción de su madurez.
Un día, un día moriría y ella no lo acompañaría, y eso le dolía más que su propia muerte, dejarla sola con su dolor y sin poder ayudarla.
¿Cuánto le quedaba? ¿Un año? ¿cinco?
En cualquier momento podría morir y dejarla sola, pasaron por tanto, hubo felicidad y llanto, pero ambos se tenían, jamás pensó que el hasta que la muerte los separe iba a ser tan doloroso.
Lo peor de todo es que el tiempo corría y su destino era inevitable, la dejaría sola pero la conocía lo suficiente como para saber que ella saldría adelante.
Cuando la muerte se lo llevara estaría en paz por haber demostrado su amor a ella, aun si ella dentro de su larga vida lo olvidara.