Me enseñaron que había un mundo en el cual debías vivir, no sobrevivir.
Vivir para no sentirnos de vez en cuando perdidos.
Encontrar las pequeñas cosas que nos hacen ser felices.
Nadie puede ser feliz siempre, es irreal.
Pero si puedo conseguir momentos, aunque sean pequeños, estaré agradecida por haber disfrutado mi vida como quería, sin miedo.