Y ahí estaba ella, observando el gran cielo oscuro iluminado por los hermosos colores de los fuegos artificiales.
Vió como las personas se abrazaban y se deseaban feliz navidad, también veía a los niños jugando con luces de bengala, esas hermosas luces, eran sus favoritas.
Por alguna razón, este año no las encendió, se dijo que solo sería por esta vez, el otro año las encendería, lo que ella no sabía era que no volvería a comprarlas
Ya había crecido, desde ese momento solo se dedicó a ver aquel magnífico espectáculo, pero ya no era parte de el. Notó una incomodidad en el pecho, una sensación de dolor, una sensación extraña.
Es cierto, podía encenderlas cuando quisiera, pero ya no sería lo mismo, solo lo haría para prevalecer el recuerdo, pero ya no porque amara hacerlo.
Ella ya había crecido.