Capitulo 12

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El día fue de lo más normal. Ahora iba junto a Jane caminando hacia su casa.

-¿Crees que si combinamos a un gato y a un perro pueda nacer un gato perro o perro gato?- Preguntó con una sonrisa mientras miraba sus converse blancos al caminar.

Volteé a verla sacada de onda por su pregunta pero aún así respondí.

-No creo que sea posible, aunque si llega a resultar podría morir al poco tiempo.

-Buuu, pésima respuesta.

Le sonreí y seguimos avanzando. En el camino nos encontramos una tienda y entramos a comprar un snack para cuando llegáramos a su casa.

Jane se dirigió hacia las papas y yo a los refrigeradores. Observé lo que había y estaba Indecisa en que era lo que quería comprar. Me llamaba la atención un jugo de sabores cítricos y un arizona de sandía.

Derrotada por mi indecisión caminé hacia el pasillo en donde estaba Jane y la vi tomando unas papas de habanero.

-¿Tú qué vas a comprar?- Me preguntó.

Observé entre la variedad de frituras qué había. Me agaché para tomar unas papas de jalapeño.

Jane me sonrió y me tomó del brazo para llevarme al área de los refrigeradores. Nos detuvimos frente a ellos. Ella observó lo que había y se acercó a uno de ellos para tomar un Gatorade de mora

Ya sin pensarlo tanto abrí un refrigerador y tomé un arizona de sandía.

Avanzamos al mostrador y cada quien pagó lo que había elegido. Metimos todos los snacks en mi mochila y retomamos el camino.

Después de un rato Jane se detuvo y empezó a buscar algo en su mochila. Cuando por fin lo encontró lo sacó y me di cuenta que eran unas llaves. Ella corrió hacia una puerta blanca y la abrió.

Me quede parada justo donde estaba y observé el lugar. Era una casa de dos pisos y un árbol estaba frente a ella.

Avancé hacia Jane y me adentré en la casa. Unas escaleras me daban la bienvenida. A la izquierda de las mismas se veía un comedor y a la derecha se veía la sala.

-No hay nadie en casa. Ponte cómoda en lo que voy a dejar mi mochila.

La vi subir rápidamente por las escaleras y me dirigí a la sala.

Los sofás eran marrones y frente a ellos había un televisor. Puse mi mochila en el suelo y me senté. Saqué lo que habíamos comprado y lo acomodé en una mesita qué estaba junto a mi.

Los pasos de Jane hicieron eco en la casa y después vi su figura aproximandose. Tomó asiento junto a mi y observó lo que habíamos comprado.

Empecé a observarla. Estaba tan preciosa qué me moría de ganas de besarla. Puse mi vista en sus manos y me gustaban mucho. Sus uñas estaban largas y pintadas con un esmalte negro.

-Estás bien preciosa

Esperen, ¿lo dije o lo pensé?

Jane me miró y sus mejillas ya estaban rojas. Mi corazón se aceleró al darme cuenta de que lo dije.

-Ay, ya me puse roja- Dijo sonriendome.

Me acerqué a ella con el deseo de besarla. Cada vez mi rostro estaba más cerca del de ella y mi subconsciente me traicionó. No quería parecer intensa, así que desvíe un poco mi camino y mis labios terminaron besando su mejilla.

Me alejé lentamente de ella para volver a mi posición original pero su mano me detuvo. Me quedé quieta en donde estaba y ahora estábamos mirándonos a los ojos.

Los nervios empezaron a aparecer en mi cuerpo. La necesidad de darle otro beso volvió a aparecer. Volví a acercarme a su mejilla pero fue casi un intento fallido. Mis labios rozaron con la orilla de sus labios.

Avergonzada me alejé rápidamente y Jane soltó una carcajada por mi reacción.

-¿Por qué te asustas? Ya me has besado antes- Dijo riendo.

Y tenia razón, ya la había besado antes pero ahora era diferente, ahora ya sabemos que nos gustamos.

-Es solo que me da pena...

Me sonrió y ahí es en donde me di cuenta que no era una chica gruñona, si no, era demasiado dulce.

Me falta conocer mucho de ella pero no importa porque quiero conocer todo de ella.

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