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Adrien:

Volví a la casa de el maestro, donde actualmente vivo desde que tengo 10 años, claro, desde que mi padres desaparecieron misteriosamente, pero el maestro ha sido como un padre para mí.

— debíste verla Plagg, sus ojos brillantes, su piel blanca , esa sonrisa y cabello que hace que todo se una perfectamente... Ay, estoy enamorado.

— sí, sí – dijo Plagg – ¿Y lo que me prometiste por mis servicios?.

— aquí tienes – le lancé un trozo de queso.

— ¿Y qué piensas decirle – dió un mordisco a su queso oloroso – cuando se entere de la verdad?.

— ¡Ho cierto!, Se sentirá destrozada si se entera de que la engañé. ¿Como me amará sabiendo quién soy?.

— parece que has salido con una amiga...

Me volteé a ver, y era el maestro.

— ¡Maestro! Yo pues...

— estoy a gusto que hagas nuevos amigos, pero no me enorgullece que lo hagas a base de engaños, mucho menos si usas tus poderes.

— lo siento, sé que no debí, pero, esta chica... Es especial.

— debes tener cuidado, Adrien, te estás metiendo en un gran lío, será mejor que termines lo que empezaste... Ahora, cuéntame más sobre esa chica.

— ¡Se lo contaré todo!.

(***)
Me levanté luego desayuné y después me subí a mi moto para llegar a la escuela, cuando llegué a la escuela vi a un chico de rodillas frente a Marinette.

— por favor, Marinette, solo una vez – decía el pelirrojo.

— llevo diciéndolo desde primer año, no quiero ser tu novia, te veo sólo como un amigo. No hagas esto más difícil.

— sólo dame una oportunidad.

— ¡No Nathaniel, no más! Vas a salir lastimado de esta.

Me acerqué y llamé su atención apretando su hombro.

— te está molestando, princesa – troné mis nudillos para intrmidarlo.

— eso no te importa, chico nuevo – me empujó.

— te arrepentirás de eso – lo tomé de la camisa para golpearlo en la cara.

— ¡Alto ahí, los dos!. – gritó Marinette y eso hizo que lo soltara – no seré novia de ninguno de los dos, lo siento. Pelear por mí, ¿En serio creyeron que eso resolvería algo? Sólo lo empeoraron todo.

Se fue de ahí muy molesta, ¿En qué estaba pensando...? Ay, mi princesa, ¿Que hice?.

— ¡Espérame Marinette!.

— ¡Ni creas! – el chico me tomó de la chaqueta – esto es tu culpa.

Me solté muy fácil, no era un reto para mí, luego le sonreí y me fui. Ese chico me agrada, tiene agallas, si Princesse no quiere estar conmigo talvez el sea un buen partido, pero tendrá que luchar mucho por ello.

(***)
Después de clases me dirigí a afuera para hacer mi patrullaje diurno, pero no sin primero dejar una carta en el casillero de Princesse a nombre de Chatnoir. Desde ahora le mandaré cartas como Chatnoir todos los días.

— ¡Oye tú! – me volteé para ver a ese pelirrojo otra vez, si lo sigo viendo me hartaré un día – tenemos algo que arreglar.

— jaja... Te partiría la cara, pero no lo haré, se lo prometí a Princesse.

— ¡pues entonces toma esto! – me golpeó en la cara, casi ni lo sentí, pero tuvo agallas. Me volteé a verlo a los ojos y luego troné mi cuello.

— ¿Eso es todo lo que tienes?.

— ¡basta! – gritó Marinette – los dos se irán a la oficina del director.

Continuará.

El Gato y La PrincesaWhere stories live. Discover now