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𝑮𝒂𝒎𝒂𝒏: 我慢
-¿por que lo haces?
-por que no tengo de otra
-es peligroso... lo sabes, ¿verdad?
-si, lo se
❀𝓿𝓸𝔂 𝓪 𝓮𝓼𝓽𝓪𝓻 𝓫𝓲𝓮𝓷... 𝓸 𝓮𝓼𝓸 𝓬𝓻𝓮𝓸❀
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En esta historia...
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Pasó de página con cuidado, envolviéndose en la lectura de realismo mágico que le había recomendado el psicólogo que la atendía. A su vez, esperaba a que su pareja volviera de terapia.
Kouki estaba a su lado, durmiendo cómodamente en la cama.
Ya habían pasado varios meses, y con ello, también pasaron las terapias. Ahora podía hablar con normalidad al igual que caminar, aún que lo hacía un poco más lento, pero todo a su debido tiempo.
—¿Ya vas por la mitad? —quitó su vista del libro y miró a su pareja.
—Volviste temprano—sonrió. Se acomodó mejor en la cama, sentándose y dejando el libro a un lado.
Hayato se acercó y con cuidado se subió a su cama, la abrazo por la cintura y hundió su cabeza en el estómago de Dalia. La fémina dio leves caricias en su cabeza, haciendo que se relajara.
—Normal—respondió vagamente entre un suspiro. Se había vuelto una rutina el que se dieran mimos después de cada sesión, eso les ayudaba bastante. Sus ojos terminaron en la portada del libro—¿Cien años de Soledad?
Dalia también miró la portada del libro, rió despacio.
—Es de un escritor colombiano que ya falleció. Se llamaba Gabriel García Márquez, aún que también se le conocía como Gabo.
—Mhh... Mamá dice que hoy hará Udon para la cena—comunicó lo que su madre le había dicho cuando entró, porque sí, ahora Dalia y kouki vivían temporalmente en su casa.
Fue una de las condiciones que habían puesto él y su madre cuando la fémina fue dada de alta. El de ojos ámbar por fin estaba superaron su apego irracional hacia Dalia, pero aun así prefirió que ella viviera en su casa para por seguridad mientras se terminaba de recuperar. Después, ella y kouki volverían al apartamento de la fémina si así lo quisiera.
Todo esto era un proceso en el cual se iban encontrando, estaba fortaleciendo sus lazos mientras se apoyaban...
Estaban formando una familia
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—Con cuidado—Dalia rodó los ojos, exaspera. Terminó de sentarse en el banco con la ayuda de María.
La susodicha de igual forma se sentó a su lado.
—Van progresando con las terapias—la miró antes de mirar hacia el frente, los pétalos de las flores le daban un toque tranquilo al lugar.
—Si... Ya no está tan apegado a mí y yo ya no siento tanto miedo de salir a la calle como antes—dijo alegre de su progreso y el de Hayato—aunque el psicólogo dijo que todavía hay cosas que tratar, pero vamos bien. Incluso ya inició semestre en la universidad. Por cierto, ¿cómo les está yendo a ti y a Ryuichi?
—Vamos bien, el inicio de semestre está algo ajetreado, pero nada que no podamos resolver—María comenzó a hablar de su carrera, se nota su entusiasmo por estudiar administración de empresa.
Todos hablan iniciado semestre, incluso ella, solo que Dalia haría parte de su carrera virtual en lo que terminaba con sus fisioterapias.
Si bien al principio no le gustó, terminó aceptándolo, después de todo era una nueva etapa en su vida. Y fuera como fuera, pensaba disfrutarla en el proceso.
—Ahora soy novia de Ryuichi—continuó María, su cara estaba completamente roja, Dalia sonrió.
—¡No me jodas, por fin!
—¡Ese Vocabulario! —la regañó.
—Ya perdón... Me alegro por ustedes, ya era hora. —la peliverde asintió. —¿Para cuándo la boda?
—¡Dalia! —la cara de María estaba por estallar de lo roja que estaba, la contraria soltó una carcajada.
—No puedo evitarlo. Pero enserio, espero ser la madrina.
María le dio un ligero golpe en el hombro, siguiéndole el juego.
—Tenlo por seguro.
—¿Promesa? —alzó su dedo meñique.
—Promesa.
Juntaron sus meñiques en promesa, una que está vez si se cumpliría años más adelante.
Ambas serían la madrina de la otra.
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Volviii
¡ESTE ES EL PENÚLTIMO CAPÍTULO!
Así es gente, está historia terminará con 33 capítulos.