💮 capítulo 7💮

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落ち着いて
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  —Hace bastante tiempo que probé tu omurice —comentó Hayato, agarrando otra porción de su plato

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  —Hace bastante tiempo que probé tu omurice —comentó Hayato, agarrando otra porción de su plato.

El joven de ojos ámbar decidió llevar a Dalia y Kouki hasta la puerta de su apartamento después del cansado día que tuvieron los hermanos. Fue invitado a cenar por la fémina, siendo esta insistente en que la acompañara a cenar con su hermano, a lo cual él aceptó.

—Aprovecha, no soy fanática de hacer omurice —le sonrió, limpiando la boca de su hermano.

—Pasado mañana es San Valentín —dijo el joven con aburrimiento—. Me dieron ganas de faltar ese día.

—No puedes faltar y lo sabes —Dalia bufó—. Sé que es molesto tener que rechazar lo que las demás te quieran dar.

—No lo decía por mí —la miró frunciendo su ceño—. Es molesto que algunos no se den por vencidos a pesar de tus rechazos indirectamente directos.

—Claro, y a mí me encanta ver cómo otras te regalan cosas a pesar de que las hayas rechazado anteriormente —ironizó con burla—. Solo pon tu mejor cara y recházalas amablemente, la última vez hiciste llorar a una de ellas.

—No fue mi culpa, solo fui directo —se defendió esquivando la mirada acusadora de su pareja.

—Lo que tú digas —se rindió. Dalia se levantó de la mesa, agarrando los tres platos que ahora estaban vacíos, y fue hacia la cocina a lavarlos. Mientras tanto, Hayato se quedó con Kouki viendo un programa infantil que, a su parecer, era entretenido pero que no admitiría en voz alta.

 Mientras tanto, Hayato se quedó con Kouki viendo un programa infantil que, a su parecer, era entretenido pero que no admitiría en voz alta

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—Es un niño generalmente tranquilo —dijo mientras se cruzaba de brazos—. Cómo me gustaría que Taka fuera así a veces —se recostó en el marco de la puerta en silencio. El pequeño Kouki se había dormido hace un par de minutos, por lo que su hermana lo estaba arropando con cuidado de no despertarlo.

—Si así fuera, no tendrías con quién pelear —respondió Dalia sin mirarlo; le empezó a acariciar la cabeza a su hermano con cuidado—. Y siendo sincera, sería aburrido no escuchar tus quejas del porqué te agarraste con Taka. Aunque sean peleas insignificantes, terminarás por extrañarlas.

Se alejó de su hermano para darle un beso en la mejilla al Kamitani, para después salir hacia la sala y tumbarse en el sofá. Hayato la siguió y copió su acción, solo que él sí se sentó con delicadeza al lado de la fémina.

—Ya sé qué darte —habló de la nada. Dalia lo miró con intriga.

—¿Darme? —enarcó una ceja.

—Sí, más bien es un adelanto.

—¿Adelanto? ¿A qué te refieres...?

Se calló cuando sintió algo cálido tocar sus labios.

Hayato se había abalanzado sobre ella, tumbándola completamente sobre el sofá; juntó sus labios con los de ella en un tierno beso, el cual ella correspondió gustosa, cerrando los ojos mientras se dejaba llevar por el momento. Hayato se separó, juntando sus frentes antes de que él se lanzara al cuello de la joven, devorándolo a besos.

Dalia gimió ante los besos que estaba recibiendo en su cuello. Su ceño se frunció cuando Hayato paró de repente, y antes de que pudiera decir algo, sintió cómo este subía a su oreja.

—Ni creas que voy a seguir, esto solo fue un adelanto —habló en su oreja antes de separarse y volver a sentarse en el sofá como hace unos segundos.

Dalia, de igual forma, se recompuso, aunque su cara estaba roja y su ceño fruncido al detenerse.

—Eres cruel —hizo un puchero.

—No más que tú —comentó burlón—. Es hora de dormir.

Hayato nuevamente se acercó, solo que esta vez era con otro propósito: alzar a Dalia. Con su pareja en brazos, avanzó hacia la habitación de esta con la sola intención de dormir. Después de todo, lo demás lo dejaría para el 14 de febrero, el cual sería en dos días, por lo cual no tenía prisa, todo a su tiempo.

—Bien, me pido el lado de la ventana —pidió una vez que llegaron a su habitación.

—Como quieras —se acercó a la cama y la bajó con cuidado.

Ambos se acomodaron, quedando ella envuelta en las sábanas mientras se recostaba en el pecho del joven y él le acariciaba la espalda con cuidado.

La pareja terminó en brazos de Morfeo, durmiendo plácidamente con el calor del otro, dándose la compañía que una vez, hace tiempo, pedían con entusiasmo y anhelo en sus corazones. 

  

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𝐆𝐀𝐌𝐀𝐍 ━━ 𝐇𝐚𝐲𝐚𝐭𝐨 𝐊𝐚𝐦𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora