💮 capítulo 8💮

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愛の日
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  Un ligero viento sopló en su dirección, haciendo que sus cabellos se movieran ligeramente. La temperatura era baja, pero menos que la noche anterior.

Miró a su alrededor con aburrimiento; las calles de Tokio estaban llenas de anuncios por doquier, anuncios románticos, ventas de chocolates y detalles por ser el día de San Valentín. Había bastante actividad en el lugar; personas moviéndose rápidamente de un lugar a otro para conseguir los mejores regalos.

Un suspiro salió de su boca al mismo tiempo que una pequeña nube de vapor salió de sus labios.

—¡Frío de mierda! —se quejó Dalia apresurando el paso. Entre más rápido llegara, mejor.

Caminó por unos minutos hasta ver la entrada principal de su escuela. Apresuró el paso, casi corriendo. Se quitó los zapatos una vez llegó al compartimiento donde tenía el otro par, los cuales se colocó con rapidez.

Empezó a caminar hacia su salón con la intención de calentarse un poco. En el transcurso, saludó a algunos de sus compañeros con una sonrisa.

Una vez entró a su salón, vio varios regalos sobre su mesa. Negó con la cabeza al ver que, esta vez, no podía rechazarlos, ya que eran "regalos de uno o varios anónimos".

—Tienes bastantes admiradores, Dalia —Ryuichi se le acercó cuando la joven se sentó en su asiento.

—Para mi desgracia, sería un desperdicio botarlos —miró los regalos con aburrimiento. De repente, una idea se le vino a la cabeza, miró al joven frente a ella y una sonrisa para nada inocente se formó en su cara. —Te los regalo —empujó ligeramente los presentes hacia Ryuichi.

—N-no puedo aceptarlos —negó rápidamente con las manos—son para ti, lo siento —sonrió apenado.

A Dalia se le borró la sonrisa de la cara, haciendo una mueca de disgusto.

—Va a ser un largo día —sintió algo parecido a un mal presentimiento. Solo esperaba que no fuera algo grave, pero conociendo su suerte, cualquier cosa podría pasar.

 Solo esperaba que no fuera algo grave, pero conociendo su suerte, cualquier cosa podría pasar

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—Escucha... Agradezco la invitación, pero no gracias, Sora —lo rechazó de la manera más cordial que podía, mientras cortaba un pedazo de carne, ya que estaban en clase de economía doméstica y todos llevaban delantales. Pero la insistencia de su compañero la estaba irritando.

—Solo por esta vez, no te vas a arrepentir —insistió.

—Mierda que no —su paciencia se estaba acabando—y cuidado dónde pones la mano, la tabla está muy al borde.

—¿Esto? —miró la tabla—No va a pasar nada, mira —puso su mano en dicha tabla, que en cuanto sintió el peso, se resbaló, haciendo que se impulsara contra la col que estaba en el otro extremo, llevándola por los aires hasta que aterrizó en una olla de aceite caliente.

𝐆𝐀𝐌𝐀𝐍 ━━ 𝐇𝐚𝐲𝐚𝐭𝐨 𝐊𝐚𝐦𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora