Se Fuerte Corazón 💗💗

El proyecto se va a retrasar...

Isabela se dirigió hasta los campos donde se encontraba la pequeña oficina que habían acondicionado en el viñedo, en cuanto estacionó su auto se dio cuenta que lo que pasaba era realmente serio, estaban las camionetas tanto de David y Rafael, así como un carro más que no identificaba de quién era.

Isabela – perdón por el retraso –observó a Rafael al lado de Fernanda, después dirigió su mirada hacía David quién tomaba la mano de Clara y por último dibujo una ligera sonrisa cuando la observó a ella- ¡Ángela! –Se fundieron en un fuerte abrazo-

Ángela – Isa no sabes lo feliz que me hace verte, y así tan bien

Isabela – a mí también me encanta verte, aunque... -volvió a dirigir su mirada hacía todos los ahí presentes- por el rostro de todos –se alejó de Ángela acercándose a Piero- ¿estás bien? –realmente era el que se veía más afectado-

Rafael – no nos dieron uno de los permisos –Isabela se giró de inmediato-

Ángela – pensé que sería algo administrativo pero no fue así

Isabela – pensé que ya tenían todo listo

Piero – yo también, todo iba bien

Ángela – lo siento de verdad, no entiendo que pasó

David - no hay que tomarlo tan mal, solo nos atrasara un poco los planes

Rafael – lo que dice David es verdad, vamos a seguir con el proyecto tal cual íbamos, y tenemos que conseguir el permiso

Piero – para ustedes es fácil decirlo

Rafael – ey –se acercó a su amigo- tú seguirás con tu sueldo, esto no va a interferir en nuestros planes

Piero – es que no entienden, yo no puedo seguir recibiendo su caridad

David – las cosas no son así Piero

Rafael – no es caridad esto es nuestro proyecto, tú eres el que está consolidando el sueño de todos

Ángela – Rafa tiene razón, es un sueldo por tu trabajo, no lo veas de otra forma

Fernanda – pero a lo mejor Piero tiene razón –Isabela la observó al igual que todos los que estaban en el lugar- que tal si los permisos no se los dan

Rafael – por dios Fernanda no seas tan negativa, lo dices como si estuviera alguien atrás de esto

Isabela – de verdad ustedes no se dan cuenta –observó de Rafael a David- esto tiene el sello de tu madre

David – mi mamá no sería capaz de algo así...

Ángela – yo si la creo capaz de algo así –le dio una mirada a Isabela– ¿tú que piensas?

Isabela – no solo tú madre se vio renuente a la idea del viñedo

Rafael – ¿estás dudando de mi padre?

Piero – y quien no iba a dudar, tú madre tuvo que interceder para que el cumpleaños de David no terminara en una fuerte discusión

Clara – yo no creo que el señor Octavio y la señora Martina tengan tanto poder cómo para hacer que nos les den el permiso

David – yo tampoco lo creo, siento que solo es una coincidencia

Isabela – yo creo que –se acercó a su amigo– podemos tener otros proyectos juntos mientras se dan los permisos

Piero – ¡disculpa! –sonrió ante lo que iba a decir– la señorita Isabela Gallardo me está proponiendo trabajo

Isabela – ey, no soy yo quien tiene la última palabra, pero podemos intentarlo –Ángela sonrió al ver la emoción en el rostro de Piero– verás que todo va a estar bien