¡Salgan de mi hacienda!

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Mary pero sobre todo Rigoberto estaba realmente sorprendido por las Palabras de Fernanda, sus actitudes, el coraje que se le reflejaba en el rostro, le daban las señales a los dos para saber cual era el problema de ella, estaba muerta de celos, la joven frunció el ceño observando a su hermano que seguía sorprendido por la actitud de ella.

Rigoberto – ¡Disculpa! –comentó alterado– no entiendo a que viene la pregunta y mucho menos el reproche

Fernanda – ah, no lo entiendes –cruzó sus brazos furiosa– esa mujer es la hija de las personas que mataron a mi hermana –el rostro de él cambio completamente– que acaso tengo que recordarte lo que Fabiola y yo sufrimos esa noche, que acaso tengo que repetirte que Camila, si, esa niña que ahora la abraza y le demuestra cariño a esa mujer que lleva la misma sangre que los asesinos de su madre –Mary observó a su hermano preocupada–

Mary – no están seguro de que eso sea así –comentó aún confundida por todo lo que Fernanda decía–

Fernanda – las tierras están a su nombre –espeto– ¿Qué más pruebas quieren? –estaba alterada–

Mary – unas tierras a nombre de Germán que después pasaron a nombre de Octavio no son prueba de nada

Fernanda – y las tumbas de Fabiola y Santiago –su voz se quebró– tampoco lo son –Rigoberto bajó la mirada, sus ojos se llenaron de lágrimas los recuerdos de ese día lo invadían al igual que el dolor de la muerte de su esposa–

Mary – Rigo... –se acercó a su hermano observando cómo el se alejaba de ellas–

Fernanda – escúchame.... –intentó tomar su mano–

Rigoberto – ahora no... –salió de la cocina atormentado por las palabras de aquella mujer–

Mary – eres muy injusta –estaba realmente molesta–

Fernanda – no voy a permitir que nadie le haga daño a Rigo

Mary – la única que lo esta lastimando con ese odio eres tú

Fernanda – tú no entiendes Mary, él para mí es todo –la muchacha la observó– él es todo para mí... –de pronto una voz la interrumpió–

Camila – ¡tía! –se quedó estática cuando observó que su tía no estaba sola–

Fernanda – hola mi amor –se secó una lágrima e intento acercarse a la niña, pero esta dio un paso atrás tomando la mano de Isabela que la acompañaba–

Mary – ¿Qué pasó mi amor? –Isabela pudo percibir cómo Mary también se quitaba una lágrima de su mejilla–

Camila – y ¿mi papi? –observó a todos lados–

Mary – Salió a cabalgar –la rubia frunció el ceño–

Isabela – a ¿esta hora?

Fernanda – no veo cual sería el problema que lo hiciera –comentó a la defensiva, estaba furiosa–

Camila – yo... –bostezo– me quería despedir –se talló sus ojitos– Isa me va a llevar a acostar –Fernanda observó a Isabela furiosa–

Fernanda – que gran privilegio tienes –estaba que no se soportaba ni ella misma–

Mary – creo que lo mejor es que yo lo haga –la niña negó– la señorita Isabela tiene que despedirse de los invitados

Isabela – tranquila Mary y por favor no me vuelvas a decir señorita Isabela –la muchacha le dio una ligera sonrisa– yo la llevó –acaricio el cabello de la pequeña– vamos mi amor –la pequeña se acercó a su tía y le dio un beso y un abrazo, Fernanda la observó con recelo–

Se Fuerte Corazón 💗💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora