Malas noticias...

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Isabela – veo que ya se te está haciendo costumbre –susurró en sus labios cuando lentamente se despegaba del beso–

Rigoberto – nunca he sido una persona de adicciones, pero...

Isabela – no quiero confundirme ni lastimarte

Rigoberto – ey tranquila, yo lo único que quiero es conocerte –una vez más con ternura acarició su rostro– ahora sé cómo se llama tu mejor amiga, que amas los atardeceres y odias montar –ella sonrió–

Isabela – sí, a veces siento que estoy en desventaja

Rigoberto – ¿por qué? –Susurró en sus labios–

Isabela – tú sabes más de mí, que lo que yo sé de ti –el suspiró dejando un pequeño beso en sus labios–

Rigoberto – Mary, mi abuela y Camila son la única familia que tengo, amo el campo y todo lo que en él hay, cabalgar me fascina, me encanta disfrutar con los míos, y odio las reuniones que realizan los toscanos –Isabela sonrió–

Isabela – me he dado cuenta de eso, a mí también últimamente las detesto

Rigoberto – ¿por él?

Isabela – me recuerdan todo lo que era y que no me gusta

Rigoberto – no te entiendo

Isabela – este tiempo lejos de Ichamal, intentando sanar todo ese caos que llegó a mi vida, me di cuenta de muchas cosas

Rigoberto – ¿cómo cuáles?

Isabela – me estaba convirtiendo en una versión de mi madre y eso me aterra

Rigoberto – volvemos al punto, no tienes buena relación con tú madre

Isabela – mi madre es una mujer materialista, clasista que pretende manipular a las personas que tiene a su alrededor

Rigoberto – la describes peor de lo que se ve

Isabela – es mi madre, la adoro pero muchas veces me saca de mis casillas

Rigoberto – ¿y últimamente te hizo algo?

Isabela – te parece poco dejar a mi padre solo, después de lo que el intento cuando... –guardó silencio–

Rigoberto – yo aparecí en sus vidas –ella asintió– nunca pensé que un hombre como él pudiera tomar una decisión así, pensé que iba a pelear, que intentaría de cualquier forma recuperar lo que era de él

Isabela – mi padre no es Octavio, él es un hombre bueno, que jamás haría nada para lastimar a los demás

Rigoberto – ¿estás segura?

Isabela – tú no confías en él, no es la primera vez que piensas que él podía hacerles daño

Rigoberto – no es eso, a final de cuentas no conozco a nadie de los que viven en Ichamal –ella lo observó– ¿a ti te gustan los atardeceres? –Ella asintió– tengo un lugar que te encantará –Isabela lo observó con desconfianza– anda vamos –le ofreció su mano­–

Isabela – no creo que haya un lugar mejor a esa vista –señaló la rama–

Rigoberto – pues la hay –la rubia camino a su lado– ¿cómo te fue en la reunión? –Ella suspiró con pesar– vaya con ese suspiro puedo jurar que algo malo hizo Rafael

Isabela – no, aunque pareciera no todas mis desgracias son por él, Ángela vino porque ella está viendo la parte legal, ya sabes los permisos, y todo ese rollo, ella es abogada

Se Fuerte Corazón 💗💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora