Ey, yo estoy para apoyarte

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Isabela decidió esa misma tarde regresar a Ichamal, ya no podía hacer nada más, los publicistas habían sido muy claros, se sentía realmente estresada, su cuenta bancario había quedado casi en ceros, después de la penalización que tuvo que pagar.

En cuanto llegó a la hacienda pudo reconocer la camioneta de Rafael estacionada frente a la hacienda, lo que menos quería era verlos a ellos, por su culpa ahora estaba en esta situación, así que decidió estacionarse por la parte de atrás de la hacienda y entrar por la puerta de la cocina, cuando se bajó del auto observó en las gradas que había cerca de la caballeriza a la pequeña Camila, le causó mucha sorpresa verla ahí, así que se acercó.

Isabela: hola –la niña la observó- ¿Qué haces aquí? –observó cómo la pequeña de un brinco bajaba las grandes escondiéndose debajo de ellas, Isabela la siguió, intrigada por la pequeña-

Mary gritaba el nombre de la pequeña mientras salía de la cocina, la niña le hizo una señal de silencio a Isabela y está la obedeció, observaron cómo Mary volvía a entrar a la cocina.

Isabela: tú tía se va a asustar sino te encuentra

Camila: no quiero que me encuentre –Isabela salió del escondite y le ofreció la mano a la pequeña para que también saliera de ahí-

Isabela: ¿hiciste algo malo? –La niña negó- ¿te enojaste con tú tía? –La pequeña volvió a negar- entonces puedo saber ¿por qué te escondes?

Camila: vinieron unas personas –hizo un gesto de desagrado, Isabela la observó con ternura- Fernanda no me cae bien, es muy...

Isabela: insoportable –habló sin pensar y la niña la observó con una sonrisa cómplice- yo también cuando era pequeña me escondía cuando mis padres tenia reuniones, esas eran aburridísimas

Camila: a mí también se me hacen aburridas, aparte Fernanda nada más me está abrazando y acariciando

Isabela: acaso ¿no te gustan los abrazos?

Camila: los que me da mi papi, mi abu y mi tía, sí, pero los de Fernanda no –Isabela negó sonriendo- pero –se sentó nuevamente en las gradas- ¿tú porque ibas a entrar por atrás?

Isabela: no quería toparme con los invitados de tu padre

Camila: ¿Fernanda también te cae mal?

Isabela: no solo Fernanda –la niña frunció el ceño- digo que no solo no quería ver a Fernanda, de hecho no quería ver a nadie

Camila: ¿ni a mí? –Isabela sonrió-

Isabela: a ti, claro que si –le acarició la mejilla- oye Cami, sabes que en cualquier momento saldrá tú papá a buscarte –La pequeña asintió sin dejar de ver la puerta-

Camila: en cuanto vea que abren la puerta nos volvemos a esconder –Isabela negó-

Isabela: y ¿si mejor entramos? –La niña hizo un gesto de desagrado-

Camila: es que no quiero

Isabela: tú papá se va a preocupar, lo mejor es entrar

Camila: cuando eras pequeña, tú te dejabas atrapar tan rápido –Isabela negó- ¿Dónde te escondías? –el rostro de la rubia dibujó una ligera sonrisa al recordar su escondite favorito-

Isabela: yo tenía una casa de árbol –Camila la observó sorprendida-

Camila: yo quiero una

Isabela: le tendrías que decir a tú papá –la niña puso una cara triste- pero... -la pequeña la observó- hoy te puedo enseñar mi casa del árbol

Se Fuerte Corazón 💗💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora