Changbin (Changlix)

Capítulo 2

Cuanto más subían a las montañas, más denso se volvía el follaje. Felix trató de recordar la ruta para poder escapar más tarde, pero estaba demasiado oscuro, y por lo que vio desde el asiento trasero, el camino se ramificaba en demasiadas direcciones.

De acuerdo, entonces, tal vez no intentaría escapar. El bosque parecía demasiado peligroso para atravesarlo, y mucho menos tratar de correr con lobos que lo perseguirían. Además, estaba dispuesto a apostar que todo tipo de criaturas de miedo saltaban por ahí.

Se sentó junto a su abuelo, mientras Vernon conducía con Changbin en el asiento del pasajero. Ninguno de los shifter había hablado desde que se alejaron de su casa.

Su corazón no había parado de golpear. Se sentó allí, listo para mojarse mientras rebotaba su pierna, mirando hacia el oscuro bosque. Lo único por lo que estaba agradecido era por el frío interior del Jeep. Su sudor se había secado sobre su piel, y ahora picaba, mientras Vernon daba varias vueltas, trepando por un camino empinado.

Se tapó los ojos con una mano, cuando vio lo lejos que estaba la pendiente. —Por favor, dime que eres un excelente conductor.

Pops roncaba ruidosamente a su lado, un poco de baba a un lado de su boca. Hizo una mueca, cuando su abuelo comenzó a rascarse sus partes íntimas. Eso era algo que nunca quiso ver.

—No son mis habilidades de conducción de las que debes preocuparte. Nunca dejes que Haechan se ponga detrás del volante.

No tenía idea de quién era Haechan. —¿Eso significa que eres bueno?

—No tienes nada de qué preocuparte —, dijo Vernon.

Miró la parte posterior de la cabeza de Changbin. Aunque no confiaba en él, algo le provocó un dolor palpitante en el pecho.

Acurrucó sus manos en su regazo, negándose a ceder a la necesidad de tocar el pelo de Changbin. Él estaría loco al hacer eso. ¡El tipo le había enseñado sus dientes afilados, por el amor de Dios!

—Además —, dijo Vernon, interrumpiendo su extraño impulso. —Ya estamos aquí.

Giró la cabeza y golpeó la cara y las manos contra la ventana. Inhaló bruscamente cuando apareció una lujosa casa.

El patio delantero estaba hecho de piedras de colores y tenía una fogata en el medio con bancos de madera que lo rodeaban. A la izquierda, había una pequeña colina cubierta de flores en flor. A la derecha había una salida de piedra, donde algunas camionetas estaban estacionadas. El primer piso de la casa, era de piedra y vidrio con pilares de madera cada diez pies o más. A la derecha había un conjunto de escaleras de madera que conducían a un balcón envolvente en el segundo piso que se extendía más allá del primer piso. La parte superior de la casa tenía cinco secciones de marco A.

Vernon dejo su Jeep rojo a la derecha y aparcó al lado de un Toyota Tundra azul oscuro.

—¿Vives aquí? — Preguntó.

—Voy a llevar a tu abuelo adentro. —Vernon apagó el motor y salió, luego abrió la puerta de atrás. —Estará a salvo. Lo prometo.

Se mordió el labio inferior. —Le haces algo y te golpearé en la nariz, ¿entiendes?

Vernon sonrió. —Fuerte y claro, enano.

Frunció el ceño. —No me llames así. —Odiaba cuando la gente lo ponía nombres degradantes.

No estaba seguro de querer quedarse solo con Changbin. Si Vernon era un buen tipo, ¿por qué lo dejaría a solas con un hombre que quería comérselo, y por qué demonios él iba a quedarse? Tan pronto como Vernon ayudó a Pops desde el asiento trasero, abrió la puerta.